YAKARTA, 22 May. (Reuters/EP) -
Una delegación de monjes budistas en el exilio acusaron este jueves a la Junta militar birmana de crímenes contra la Humanidad por impedir la entrada en el país de cooperantes extranjeros para ayudar a los damnificados por el paso del ciclón 'Nargis'.
Los monjes, que hoy están en Yakarta dentro de una gira internacional de oposición al régimen birmano, urgieron a Indonesia a respaldar la resolución de Naciones Unidas que permite la entrada sin restricciones de cargamentos de ayuda y trabajadores humanitarios.
Esta petición coincide con la visita que realiza el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, a Birmania para llevar un "mensaje de esperanza" a las víctimas del ciclón 'Nargis', que ha dejado cerca de 134.000 muertos o desaparecidos.
"La situación es muy terrible. Más de 200.000 han muerto y más de dos millones de personas corren riesgo de inanición. Por impedir la ayuda internacional, la Junta está cometiendo crímenes contra la Humanidad", explicó Ashin Nayaka, un monje birmano que vive en Estados Unidos, en declaraciones a Reuters, al tiempo que añadió que un solo día de demora en la llegada de ayuda cuesta la vida de cientos de personas.
Otro monje, U Awbata, señaló que huyó de su país el pasado septiembre, cuando cientos de miles de personas, lideradas por estos religiosos, protagonizaron las mayores manifestaciones de la historia de Birmania. La Junta militar ordenó una fuerte represión en la que murieron al menos 31 personas.
"Vi a tres monjes muertos por los soldados delante de mi en la Pagoda Shwedagon. Vi a soldados golpear a monjes en la cabeza. Para el budismo, es un crimen inconcebible, inimaginable", subrayó Awbata, que ahora vive en Sri Lanka.
NO SABEN CUÁNTOS MONJES MURIERON
A este respecto, Nayaka aseguró que unos 10.000 monjes fueron detenidos durante la represión de las protestas. "El problema es que no sabemos cuántos monjes han muerto, no sabemos cuántos monjes están desaparecidos. Lo que sabemos es que miles de monjes están sufriendo en centros de interrogatorios y en campos de trabajos por todo el país", denunció.
Durante una reunión con la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento indonesio, la delegación de monjes en el exilio urgió a Yakarta a apoyar la resolución de Naciones Unidas a favor del acceso de trabajadores humanitarios a Birmania. Indonesia el más importante miembro de la Asociación de Países del Sudeste Asiático (ASEAN), a la que pertenece Birmania, y actualmente es miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.
"Indonesia tiene más responsabilidad para ayudar a la población birmana. No necesitamos el permiso de la Junta porque el régimen militar no es un gobierno legítimo", consideró Ashin Nayaka, que participó también en las revueltas de 1988 contra el régimen y que también acabaron con una represión que causó 3.000 muertos.