Actualizado 31/10/2008 15:05

Una compañía británica emplea la tecnología de rayos gamma de la ESA para sistemas de detección de bombas caseras

MADRID, 31 Oct. (EUROPA PRESS) -

Una compañía británica, dedicada a la identificación de materiales peligrosos, ha empleado la tecnología de rayos gamma de la Agencia Espacial Europea (ESA) para fabricar sistemas de detección e identificación de bombas caseras, según informó hoy la ESA en un comunicado.

Así, muchas fuentes de radioactividad generan rayos gamma de diferentes energías e intensidades. En su detección y análisis puede tener lugar un espectro energético de rayos gamma que permite identificar la sustancia y la cantidad de estos.

Según explica la ESA, materiales nucleares y peligrosos pueden ser identificados por simples muestras de baldosas de arcilla, cerámica e incluso plátanos o isótopos medicinales con este sistema. En este sentido, apunta que estos nuevos métodos pueden ser empleados en aduanas y aeropuertos y que permitirán una identificación rápida, de manera que no se intercepte el flujo normal de circulación en estas instalaciones.

Por el momento, las compañías estudian cómo diseñar un aparato que permita, mediante el manejo individual, esta identificación. Los detectores pueden identificar y determinar la localización de la fuente de radiación y también aquellas pequeñas partículas que se encuentren en objetos corrientes.

Estas iniciativas se enmarcan en el Programa de Transferencia Tecnológica de la ESA (TTPO, por sus siglas en inglés), y el laboratorio del que emanan gran parte de estas tecnologías es el astrofísico de la ESA para los rayos gamma nació en 2002 y actualmente detecta la energía radioactiva presente en el espacio, como las explosiones de rayos gamma, supernovas o agujeros negros en la Vía Láctea y en las galaxias más lejanas.

En Estados Unidos la detección del tráfico ilegal de materiales radioactivos, que pueden ser empleados en la fabricación de bombas caseras, es una prioridad para la seguridad nacional. Además, resalta que en 2006 compañías internacionales acordaron, por una importante suma de dinero, la creación de sistemas de identificación de estas características.