MADRID 24 Mar. (EUROPA PRESS) -
Tres representantes de Reporteros sin Fronteras (RSF), entre los que se encontraba su secretario general Robert Ménard, se manifestaron hoy en Olimpia (Grecia) en la salida de los relevos de la antorcha de los Juegos Olímpicos de Beijing para denunciar "la dramática situación de los Derechos Humanos" en China, según informó la organización en un comunicado.
Durante la ceremonia oficial del encendido de la llama olímpica, los tres representantes de RSF desplegaron una banderola con la imagen de los aros olímpicos en forma de esposas. Las fuerzas de seguridad detuvieron a los tres activistas.
"Si el fuego olímpico es sagrado, los Derechos Humanos lo son todavía más", indicó la organización. "No podemos dejar que el Gobierno chino se apodere de la llama olímpica, un símbolo de paz, sin denunciar la dramática situación de los Derechos Humanos en el país, a menos de cinco meses de la inauguración de los Juegos Olímpicos", prosiguió.
"El trato que se da en China a quienes se expresan libremente, la censura impuesta a la prensa y el 'black-out' sobre el Tibet, reclaman esta movilización", afirmó RSF. "Ahora todos los medios son necesarios para denunciar las graves violaciones de las libertades fundamentales en China. Nos manifestaremos siempre que podamos", añadió la organización.
Por otra parte, Reporteros sin Fronteras ha pedido el boicot de los jefes de Estado, jefes de gobierno y miembros de familias reales a la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, prevista para el próximo 8 de agosto. El próximo jueves 27 de marzo, a las 11 de la mañana, la organización dará una rueda de prensa sobre la situación de la libertad de expresión en China en la Casa de los Abogados de Atenas.
Según RSF, un centenar de periodistas, internautas y ciberdisidentes están encarcelados en China "simplemente por expresarse pacíficamente". Desde el pasado 12 de marzo los periodistas tienen prohibida la estancia en Tibet y se les expulsa de las provincias vecinas, aseguró. "La represión de las manifestaciones de tibetanos se está llevando a cabo a puerta cerrada", denunció.
"Los periodistas chinos siguen trabajando bajo los 'diktats' del Departamento de Publicidad (antiguo Departamento de Propaganda), que impone la censura sobre numerosos temas", lamentó Reporteros. "El Estado mantiene un control general sobre la información y dispone de leyes autoritarias, para castigar a los contraventores", añadió.
En estas circunstancias, "las acusaciones de 'subversión', 'difusión de secretos de Estado' o 'espionaje' se utilizan contra periodistas y ciberdisidentes", denunció RSF. "La autocensura impera en las redacciones" y los "medios de comunicación independientes en chino, con sede en el extranjero, están bloqueados o se ven acosados o interferidos, lo que impide la emergencia de un pluralismo informativo", concluyó.