Actualizado 29/05/2009 17:00

Un tribunal senegalés condena a seis meses de prisión a una mujer que se dedicaba a practicar ablaciones

DAKAR, 29 May. (EUROPA PRESS) -

Un tribunal senegalés condenó ayer a seis meses de prisión a una mujer que se dedicaba a practicar ablaciones y que seccionó los labios menores vaginales a una niña de 16 meses de edad a la que hubo que ingresar en un hospital a causa de complicaciones en la operación.

Además, el tribunal de Matam, localidad situada en el noreste de Senegal, ha sentenciado también a seis meses de prisión a la abuela de la niña por alentar a la realización de la ablación, mientras que para sus padres ha dictado una condena condicional de 16 meses de cárcel, según informó hoy la agencia de noticias africana APA.

Pero el veredicto no ha gustado a muchos ulemas e imanes y a numerosos habitantes de la región que se han manifestado en Matam para expresar su apoyo a los tres condenados y han llegado incluso a tirar piedras contra las fuerzas del orden, que han respondido con gases lacrimógenos.

Según varias fuentes consultadas por APA, estos líderes religiosos y muchos senegaleses afirman no entender que la Justicia del país ponga en libertad a homosexuales mientras encarcela a lo que ellos ven como ciudadanos que realizan prácticas tradicionales como la ablación.

El Tribunal de Apelaciones de Dakar ordenó recientemente la liberación de nueve hombres homosexuales que habían sido condenados a ocho años de prisión por realizar "actos impúdicos y contra natura" y por participar en una "asociación de malhechores", entre otros delitos.

La mutilación genital femenina, que grupos como Amnistía Internacional (AI) ven como una manifestación de las violaciones de los Derechos Humanos basadas en el género, consiste en la ablación de una parte o la totalidad de los genitales de una mujer o niña.

Según Amnistía, constituye una práctica peligrosa que tiene a menudo graves consecuencias físicas, sexuales y psicológicas. Normalmente se lleva a cabo en unas deficientes condiciones de higiene, por ejemplo utilizando instrumentos como pedazos de cristal o tijeras --que, además, no están esterilizados-- o sin administrar anestesia o antibióticos.

Por ello, las mujeres y niñas a las que se practica la mutilación sufren frecuentemente infecciones, hemorragias, tumores e incluso pueden quedarse estériles. La ablación, que se realiza en 28 naciones africanas aunque no es inherente a ningún país o religión, pone en peligro cada año a dos millones de niñas y mujeres.

La mutilación genital femenina se practica como un ritual tradicional que significa la aceptación de una mujer en una sociedad e indica que reúne los requisitos necesarios para contraer matrimonio. En muchas sociedades, una razón importante que se ofrece para realizar la ablación es que reduce el deseo sexual de las mujeres, reduciendo así las probabilidades de que mantenga relaciones sexuales extramatrimoniales.