Actualizado 17/12/2008 19:19

Ecologistas critican el "débil acuerdo" sobre cambio climático propuesto por los gobiernos europeos

MADRID, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -

WWF/Adena y Greenpeace criticaron hoy el "débil acuerdo" sobre cambio climático propuesto por los gobiernos europeos, refrendado hoy el Parlamento de Estrasburgo, porque permite "demasiados créditos externos procedentes de países no comunitarios, en lugar de centrar las reducciones dentro de la Unión Europea"

El acuerdo pretende reducir en 2020 las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20 por ciento respecto a los niveles de 1990, pero los ecologistas aseguran que es un pacto "vacío", ya que permite a los países de la Unión Europea realizar aproximadamente el 75 por ciento de dicha reducción fuera de sus fronteras. En su opinión, esto se traduce en una disminución real de las emisiones comunitarias de únicamente el 4 o 5 por ciento hasta 2020, según afirmó hoy la asesora de políticas de WWF, Delia Villagrasa.

Por su parte, Greenpeace considera que las medias pactadas suponen que Bruselas "se doblega a las presiones del lobby industrial y prioriza los intereses a corto plazo de algunos Estados Miembros".

Concretamente, las medidas referidas a clima, del mencionado paquete, están "plagadas" de exenciones que amenazan la viabilidad de alcanzar el -"más que débil"- objetivo de reducción del 20 por ciento de las emisiones e "ignora" el principio de quien contamina paga, al prever el otorgamiento gratuito de gran número de derechos de emisión a la industria que más emisiones genera.

PRESIONES DESDE EL SECTOR AUTOMOVILÍSTICO

Por otra parte, Ecologistas en Acción denuncia que el Parlamento Europeo "ha cedido a todas las presiones y chantajes de la industria automovilística sobre las emisiones de CO2 en los turismos que se pongan a la venta, pues no sólo han conseguido retrasar el objetivo cerca de 10 años, sino que, además, se ha logrado un nuevo retraso en su entrada en vigor, ahora prevista para 2015.

Asimismo, apuntan a que se han debilitado las sanciones al respecto, limitando la eficacia de la Ley, y se ha establecido un ambiguo objetivo a largo plazo (revisable en el 2013), con lo que se debilita el incentivo para fabricar coches menos contaminantes.