Actualizado 15/06/2009 13:41

Save the Children alerta del incremento de la demolición de casas en los territorios palestinos

MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -

Más de tres casas se derriban diariamente en los territorios palestinos y, en algunos casos, las autoridades israelíes han dado órdenes de demoler aldeas enteras, unas políticas que amenazan con dejar sin hogar a más de 300.000 palestinos bajo la amenaza de perder sus casas, según afirmó hoy la organización Save the Children.

El nuevo informe de esta organización, 'Broken Homes', elaborado en colaboración con el Centro de Orientación Psicológica de Palestina, ha encontrado que las familias cuyas casas son derribadas son advertidas con muy poco tiempo y, a menudo, no pueden recoger ninguna de sus pertenencias. El impacto de perder su casa también tiene consecuencias a largo plazo para la salud física y mental.

Desde que comenzaran las demoliciones de casas en 1967, se estima que los civiles y las autoridades militares israelíes han destruido cerca de 24.000 casas. Sin embargo, desde el año 2000 el número de casas que están siendo derribadas ha aumentado con una media de más de 1.000 hogares destruidos al año.

Este año ha visto un incremento masivo, con más casas que están siendo destruidas que en ninguna otra ocasión desde que comenzara la ocupación israelí hace 40 años, según este informe. Al menos 4.000 casas se han destruido como resultado de la ofensiva militar en Gaza, a principios de este año.

"Las demoliciones en los territorios palestinos han aumentado, y miles de familias y, en algunos casos, aldeas enteras, permanecen bajo la amenaza de los 'bulldozer' que llegan para destruir sus casas, por lo que hay desplazados cada día", señaló el director para los territorios palestinos de Save the Children, Salam Kanaan.

"La mayoría de derribos se realizan por las denominadas razones denominadas 'administrativas' o como resultado de operaciones militares", indicó. "Las familias lo pierden todo cuando sus casas son derribadas", aseguró. "La ropa, los alimentos y los muebles son enterrados entre los escombros, y hay poca ayuda para estas familias que se marchan sin nada, sin apoyo, sin protección", lamentó Kanaan.

Los investigadores entrevistaron a las familias cuyas casas fueron demolidas y encontraron que el 97 por ciento de los padres están en riesgo de colapso mental como resultado de la destrucción de sus casas, que sólo el trece por ciento de las familias tienen oportunidad de recoger sus pertenencias antes de que comience la destrucción de sus hogares y que los niños cuyas casas han sido derribadas muestran un declive en su salud mental, sufriendo los síntomas clásicos de trauma, depresión y ansiedad.

Además, la mayoría de familias que se quedaron sin casa se convirtieron en desplazados y a más de la mitad, un 61 por ciento, les llevó al menos dos años encontrar un lugar permanente para vivir.

Los habitantes de Jerusalén Este, las comunidades rurales de Cisjordania, los beduinos y los refugiados que viven en campamentos, además de los residentes que viven cerca de las fronteras de Gaza son los que más riesgo tienen de desplazamiento por la creación de asentamientos o por la demolición de hogares, señala el informe. Más de 300.000 palestinos viven en estas zonas.