MADRID, 30 Abr. (EUROPA PRESS) -
Por Mauricio Olivera y Philippe de Dinechin, de la Fundación Comparte.
El Gobierno de Cataluña reabrió hace unos meses la discusión sobre el modelo de integración de los escolares procedentes de la inmigración. Algunos informes, que alertaban sobe el bajo nivel de los estudiantes respecto a la mayoría de países europeos, lo han asociado a la dificultad de atender las necesidades de los nuevos integrantes procedentes de la inmigración. Al mismo tiempo, algunos colectivos inmigrantes se muestran preocupados por la falta de valores que la escuela ofrece a sus hijos.
El diario 'La Vanguardia' publicó el pasado mes de septiembre un artículo en el que mencionaba que, "la presencia de 133.000 alumnos inmigrantes agrava los déficits escolares. Cataluña, con un 12,5 por ciento de alumnos inmigrantes, debe hacer frente a un elevado fracaso escolar". La autoridad del argumento proviene de un estudio de la Universitat Pompeu Fabra en el que se afirma que "el rendimiento de los escolares disminuye de manera significativa cuando el porcentaje de alumnos inmigrantes del centro supera un 6 por ciento del total y empeora de manera creciente si la proporción supera un 10 por ciento, en primaria y secundaria". El documento, a su vez, también menciona que quienes afectan de forma más negativa a la evolución académica son los niños magrebíes, así como el resto de África.
Desde la investigación que hicimos en la Fundación Comparte, la mayoría de los profesores entrevistados no comparten estos argumentos. Para Jordi Vilaseca, director de la Fundació Joviat de Manresa, "aquí nunca falta el que genera alarma social. El otro día salió en un periódico que en la plaza del costado de la escuela se vendía droga. Y me llamó un periodista para saber como repercutía esto en la escuela. Le dije que cuando yo tenía dieciséis años ya se vendía droga en esa plaza. Hay que tener cuidado con los discursos de los medios sobre inmigración, porque cuando bajas a la realidad el problema es otro".
Para él, en la educación, no existe sólo un problema de recursos sino también de cómo se gestionan y de la creatividad. Además, Vilaseca agrega que hicieron "un par de cursos de catalán con madres árabes a las nueve de la mañana, nos decían que estábamos locos, que no iban a venir. Y vinieron veinte madres, dos cursos completos, que los subvencionó el Departament d'Educació".
La clave, según el director de la Fundación Joviat, es la destinación de más recursos a la educación, porque "si no se disminuyen ratios, ¿cómo puedes trabajar con veintiocho alumnos en primaria donde cuatro son magrebíes, uno ruso, o dos chinos, por ejemplo?". El director se queja también de las normativas poco ágiles y de que la LOGSE no ha solucionado el fracaso escolar.
Además añade que, "el cuerpo de inspección educativa ha quedado desfasado con tanto cambio de la ley, no sabe que es lo que debe hacer. Y así es como funciona el sistema. Vino a Manresa el Conseller d'Educació, Ernest Maragall, y quiso reunirse con todos los directores de las escuelas públicas, concertadas y privadas. Cuando llegó mi turno le pregunté tres cuestiones y no supo qué contestarme, porque no es del sector ni sabe lo que hay que hacer".
EL FRACASO ESCOLAR ANTERIOR A LA INMIGRACIÓN
Otro profesor que prefiere guardar el anonimato explica que el fracaso escolar es anterior a la llegada de la inmigración. De hecho, explica que "la educación mejoró un poco con la reforma, pero es curioso que después de quince años de aplicarla se siga llamando reforma. Se puso en marcha sin los recursos económicos que hacían falta y fracasó en algunos aspectos. La llegada de los inmigrantes fue la puntilla. Pero el proceso educativo ya estaba agonizando".
Este experto indica que cuando llegó el Partido Popular que hizo una nueva ley del refundido de leyes anteriores que no aportó nada nuevo, sólo cambió detalles. Y el Partido Socialista reformó lo que estaba reformado. Total, "lo que está claro es que no hay ideas nuevas. Es cierto también que la LOGSE supuso el intento de crear un nuevo modelo, pero todos tenemos la impresión de que hace falta otro modelo y no más parches", destaca el profesor.
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