Publicado 09/04/2022 15:47

Experta en restauración reivindica la importancia de acudir a profesionales para la conservación del patrimonio cofrade

La restauradora Carmen Bermúdez
La restauradora Carmen Bermúdez - JUNTA DE ANDLAUCÍA

SEVILLA, 9 Abr. (EUROPA PRESS) -

La doctora en Bellas artes y profesora titular en el Grado de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Universidad de Granada (UGR) y autora de la 'Guía básica para la conservación del patrimonio cofrade', Carmen Bermúdez, ha reivindicado la importancia de acudir a profesionales para el cuidado de las obras de arte, recuperándolas sin alterarlas, ya que "es una cuestión de respeto por la propia obra y por su autor". "Retallar una escultura le resta valor histórico", ha explicado, incidiendo en que "el valor del patrimonio lo otorga la historia, no podemos decidirlo de antemano".

La Junta ha destacado a través de un comunicado que el patrimonio cofrade andaluz "reviste un valor incalculable", debido a "su gran importancia económica, histórica y sentimental". Por ello, la conservación de estos bienes y enseres "requiere de conocimientos adecuados que deben aplicar profesionales expertos". "Tan importante como mantenerlos en buen estado es conservar la esencia del artista a la hora de restaurarlos, poniendo un cuidado especial en no alterar elementos fundamentales de las obras", ha detallado, precisando que "en ocasiones pueden llegar a ejecutarse intervenciones que suponen, en la práctica, un cambio casi radical".

Desde el Gobierno andaluz han puesto de relieve que la imaginería se encuentra en "el centro de todas las miradas", puesto que "movidos por la devoción o la admiración artística, los ojos se posan antes en las imágenes titulares que en cualquier otro elemento" y conservarlas durante todo el año "precisa de unos pasos básicos". Al hablar de besapiés o besamanos, por ejemplo, Carmen Bermúdez ha recordado el deterioro que el roce persistente puede provocar en las tallas.

"Podemos aprender de lo que hemos hecho durante la pandemia e intentar mantener con las obras cierta distancia, como podría ser el besar algo de la imagen, una estola o un pañuelo, pero no la imagen en sí", ha aclarado, añadiendo que "el contacto reiterado con unos labios o unas manos termina llevándose la policromía y dejando al descubierto la madera, una circunstancia que habría que evitar porque la devoción no se mide por el grado de deterioro de la imagen".

La necesidad de la sujeción de los elementos que pueden desprenderse, como potencias o coronas, y el empleo de plásticos y otras prendas para proteger de la lluvia son aspectos "ampliamente conocidos" para las salidas procesionales y los traslados, pero la Junta ha reiterado la importancia del mantenimiento de las imágenes titulares durante el resto del años.

La restauradora ha apuntado a la iluminación como uno de los principales factores a controlar. "Todo foco con radiación ultravioleta daña la escultura y la temperatura puede llegar a destrozar la policromía", ha asegurado, apuntando al empleo de luces LED --"con poca radiación y calor"-- como una de las soluciones para superar este problema.

Sobre la humedad, ha explicado que "si el nivel es estable, la madera también lo es; si la humedad cambia, la madera fluctúa, exuda resina, los clavos pueden provocar grietas, la policromía salta".

Ha hecho hincapié en que tanto el polvo como la contaminación atmosférica depositan partículas sobre la superficie de la obra que alteran la policromía. El polvo llega a endurecerse con el paso del tiempo y es difícil de eliminar y además, atrae más humedad y favorece la proliferación sobre la talla de hongos y bacterias que también la perjudican. Aquí "es fundamental" la intervención de expertos, porque "no es suficiente con utilizar un plumero; para eliminar las partículas ácidas y grasas se utilizan medios mecánicos y productos más agresivos, y para ello debe intervenir un profesional", ha señalado Bermúdez.

TEJIDOS Y ORFEBRERÍA

El resto de elementos que acompañan en una cofradía a las imágenes titulares y secundarias requiere también, atendiendo a sus especiales características, unos cuidados determinados. En el caso de los tejidos, se trata de elementos "muy costosos" tanto por sus dimensiones como por la mano de obra implícita en su elaboración. Son telas con bordados, hilos metálicos o con baños de oro y plata, realces, rellenos, incrustaciones, espejuelos, piedras preciosas, marfil o nácar, entre otros.

"No todos pueden tratarse de la misma manera", ha expuesto la restauradora, quien matiza que también con estos materiales, al igual que con la orfebrería, los cuidados pivotan en torno a la limpieza, la luz y la humedad como factores principales.

La orfebrería presente en forma de varales, jarrones o candelabros puede ser también de "un gran valor" e incluso de una antigüedad en muchas ocasiones superior a la propia imagen. En este campo, es "muy importante" conocer el material a la hora de afrontar una actuación.

"No es cuestión de utilizar limpiametales y punto", ha remarcado Bermúdez, detallando que "puede que nos estemos encontrando, no ante un objeto de plata maciza, sino de latón con baño de plata, y el limpiametales es corrosivo y podría desgastarlo hasta eliminarlo, además de hacer desaparecer soldaduras, engarces, contrastes de orfebre o inscripciones históricas".

Ante todos estos aspectos, la restauradora ha destacado "la importante contribución" de los restauradores para devolver a las obras su esplendor sin alterarlas en origen. Una tendencia creciente en Andalucía en los últimos años es, según ha asegurado, contar con estos profesionales e incluso tenerlos 'en nómina', algo que ya está presente en algunas hermandades y cofradías para asesorar y ejecutar los retoques que precise su patrimonio. Un cambio que la catedrática celebra porque ello redunda en la conservación de los bienes culturales. "Al fin y al cabo para un restaurador, lo mejor es que la obra, cuando llegue a sus manos, lo haga en las mejores condiciones posibles", ha concluido.