Fiscalía y acusación particular piden tres y cuatro años para el joven que atropelló a dos niños en Basurto (Bilbao)

Actualizado: martes, 8 abril 2008 19:53

La defensa solicita la libre absolución y dice que el acusado es "una víctima más", que ha sido juzgada por el resultado del accidente

BILBAO, 8 Abr. (EUROPA PRESS) -

La Fiscalía y la acusación particular pidió hoy tres y cuatro años de cárcel, respectivamente, para R.R., presunto responsable del atropelló mortal de dos niños en el paso de cebra de la Avenida Montevídeo, en el barrio bilbaíno de Basurto. Por su parte, la defensa solicitaba la libre absolución de su defendido y aseguró que el acusado es "una víctima más del accidente", que ha sido juzgada porque los dos pequeños han fallecido.

El juicio se celebró en la Audiencia Provicial de Bizkaia y quedó hoy mismo visto para sentencia. En sus alegatos finales, la Fiscalía consideró que ha quedado probada la existencia de "una imprudencia grave y una falta de diligencia" en la conducción del vehículo por parte del acusado. Según el ministerio público, el procesado no se percató de que había una furgoneta detenida ni de que existían dos señales que indicaban la existencia de un paso de peatones.

Además, aseguró que la velocidad de la furgoneta, de 62 kilómetros por hora, según el atestado policial, y de 50, según la defensa, no era adecuado para una vía urbana, teniendo en cuenta que había llovido.

La Fiscalía aseguró que el acusado no tuvo en cuenta la señal que hizo la furgoneta parada en el paso de cebra para alertar de que los niños estaban cruzando, motivo por el cual solicita una pena de tres años por homicidio imprudente.

Por su parte, la acusación particular, ejercida por Kepa Landa, en representación de la familia, solicita dos años de cárcel por cada uno de los niños fallecidos.

"NO TOCÓ EL FRENO"

Landa criticó la falta de atención del acusado, que "no hizo nada, ni tocó el freno para evitar la colisión", tras recordar que la velocidad del coche que conducía era "excesiva e inadecuada".

Según indicó, "atropellar a dos niños en un paso de peatones con el comportamiento de acusado no es un comportamiento leve", como aduce la defensa. Asimismo, arremetió contra las instituciones, que según dijo, "no fue capaz de colocar el semáforo en cinco años y después lo puso en una semana".

Por su parte, el abogado del acusado destacó que la noticia "impacta al más insensible de los mortales", pero afirmó que es "una barbaridad jurídica y humana condenar al acusado a cuatro años de prisión".

Para rebatir la argumentación de la acusación particular, afirmó que el acusado "sí frenó, porque, si no, hubiera llegado a la Plaza Zabalburu, aunque no pudo hacerlo antes del impacto".

Según dijo, "el cúmulo de reproches se realizan desde una óptica "decidida de acusar", pero el procesado "es una víctima más en ese accidente", en el que se está juzgando el resultado debido a la muerte de los niños, un resultado que, según dijo, está inducido por una "señalítica confusa".

Por ello, consideró "desprorcionadas" las penas que solicitan para él y reclamó su absolución o una condena de faltas, que tenga en cuenta "la actitud humana del acusado", y que ya ha proceido a la indemización a la familia a propuesta del propio acusado.

TRATAMIENTO PSIQUIATRICO

Durante la sesión, en la que comparecieron, además del padre de las víctimas, varios testigos y un perito por parte de la acusación y otro por parte de la defensa, el propio en causado aseguró que, aunque era repartidor, solía acudir a la zona como peatón y no como conductor, y que se colocó en el carril izquierdo para hacer un giro a la izquierda.

Según dijo, los niños aparecieron corriendo solos y él pensaba que el paso de peatones coincidía con el semáforo. El acusado aseguró también que, desde el accidente, está de baja con un tratamiento psiquiátrico.

Por otra parte, el perito de la acusación aseguró que, según su análisis, el coche circulaba a 62 kilómetros por hora como velocidad mínima, aunque, "si hubiera realizado alguna maniobra evasiva, se podría haber evitado el accidente". En ese sentido, aseguró que la velocidad era "excesiva", teniendo en cuenta las condiciones de la vía.

Otro agente de la Policía Municiapal, que actuó como testigo y negó haber recibido "presiones de sus superiores" para considerar la infracción como "grave" debido a la alrma social creada, y afirmó que el conductor no estaba "atento a la circulación y conducía a un velocidad "inadecauada".

El perito presentado por la defensa rebatió los argumentos del perito de la acusación, aseguró que la formula aplicada por la Policía municipal para establecer la velocidad y el tiempo de frenada es de "sexto de básica".

Según dijo, la velocidad máxima a la que circulaba el vehículo era de 55,65 kilómetros por hora, aunque habría que establecer un coeficiente de reducción por el "arrastramiento de la víctima", lo que supone una velocidad de 50,12 kilómetros hora. Además, apuntó que, dado que la distancia de detencción a 50 por hora es de 41,35 metros, el accidente sería "inevitable, incluso a menor velocidad" que 50 kilómeros por hora.