Coinciden en que la legalidad no puede "ahogar las aspiraciones" de las dos comunidades
BARCELONA, 19 Jun. (EUROPA PRESS) -
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y el lehendakari, Iñigo Urkullu, han defendido este lunes que Cataluña y Euskadi son dos naciones que abogan "por ejercer el derecho de su ciudadanía a ser consultada de manera legal y pactada sobre su futuro".
Urkullu y Puigdemont han mantenido una reunión en el Palau de la Generalitat en Barcelona, en la que han analizado la situación política, institucional y social de Cataluña, Euskadi, el resto del Estado y de Europa.
En un comunicado, el Govern ha informado de que los dos presidentes han lamentado las dificultades que existen para consultar a la ciudadanía por la "estrategia de la quietud" del Gobierno central, y han compartido que el Estado no puede imponer un modelo territorial que tras la Transición se ha revelado "insuficiente" para Cataluña y Euskadi.
Además, han argumentado que los problemas territoriales que consideran que tiene España no se resolverán "con la apelación y el recurso permanente a la legalidad derivada de una unidad constitucional que no se basa en la unión voluntaria".
REFORMULACIÓN DEL ESTADO
Ambos han considerado que, ante este escenario, se necesita "un proceso dialogado para una reformulación del Estado que responda a las diversas realidades nacionales", entre ellas las de Cataluña y Euskadi, las dos comunidades que dirigen.
"Si la legalidad se convierte en un corsé que ahoga las aspiraciones democráticas no sirve para solucionar los problemas de la naciones y los pueblos, y hay que cambiarla y adaptarla", ha coincidido.
VÍAS DE ACCIÓN CONJUNTA
El diagnóstico de los dos Gobiernos es que sigue sin resolverse la articulación del Estado en relación a las naciones que lo conforman, y aseguran que el actual Estado de las autonomías "no es suficiente".
Carles Puigdemont e Iñigo Urkullu han compartido que "la legalidad no es inmutable, sino que tiene que servir para resolver problemas políticos y sociales", y han acordado mantener una relación periódica para abordar los asuntos de interés de común de las dos comunidades y posibles vías de acción conjunta.
Se trata del segundo encuentro entre ambos, después de que en noviembre de 2016 el presidente catalán asistiera a la toma de posesión de Urkullu como lehendakari.
