El alcalde, José María Saponi, alaba la figura de las lavanderas como "parte de la historia real" de Cáceres

CÁCERES, 16 Feb. (EUROPA PRESS) -

La Plaza Mayor de Cáceres ha sido el lugar donde este mediodía ha tenido lugar la tradicional quema del pelele, confeccionado como es habitual por el aula de la Tercera Edad de la Universidad Popular (UP) de la capital cacereña. Un acto con el que se da comienzo a los festejos del carnaval cacereño y que ha servido este año como homenaje a la última lavandera de la ciudad, Agustina Sáenz, "la colorá", que falleció el pasado día 10 de febrero a los 98 años de edad.

Las primeras palabras del pregón pronunciadas por Pilar Andrada Tovar, miembro de la UP, fueron en memoria de esta mujer que trabajó como lavandera en la primera mitad del siglo XX, "hasta que llegó la lavadora a Cáceres", el 15 de junio de 1956, según precisó en su discurso.

Andrada recordó en esta fiesta del Febrero y Las Lavanderas la labor que estas mujeres realizaron en los distintos lavaderos de la ciudad "para sacar adelante a la familia" y se congratuló de los avances que se han experimentado en la ciudad desde que en los años 50 "llegaran las acometidas de agua y luz" y con ellas la invasión de los electrodomésticos.

Entre copla y copla que cantaban las lavanderas en su quehacer, la pregonera también rompió una lanza en favor de la candidatura de Cáceres, como Capital Europea de la Cultura para 2016 y auguró buenos resultados para la ciudad en ese camino que ha emprendido.

FESTEJO POPULAR

Por su parte, el alcalde, José María Saponi, también comenzó su intervención con un recuerdo a "la colorá" a la que llamaban así por el color de su pelo, y resaltó la figura de ella y de otras lavanderas "como parte de la historia y la realidad de la ciudad", indicó.

Saponi aseguró que el mes de febrero "las traía de cabeza" porque tan pronto hacía sol, como llovía o hacía viento, y por eso el pelele, que representa el mes de febrero, es quemado cada año como símbolo para acabar con las desavenencias temporales del segundo mes del año, que hacían un poco más duro la labor de estas mujeres "esforzadas, humildes y trabajadoras".

Tras la quema del pelele, que llegó a la Plaza Mayor montado en un burro como es habitual, los presentes tuvieron la oportunidad de degustar gratuitamente dulces típicos como coquillos con un vaso de licor extremeño sin alcohol.

Entre los asistentes se encontraban varios alumnos de colegios de la ciudad, parte de la corporación municipal y numerosos cacereños que no han querido perderse el acto que da luz verde a las fiestas del Carnaval en Cáceres.

PROGRAMA

Cabe destacar que los festejos continúan esta tarde con el pregón carnavalero que será a las 20.30 horas en el Auditorio de la ciudad y correrá a cargo del guitarrista de flamenco, Javier Conde. Tras su intervención tendrá lugar el concurso de murgas y comparsas.

El programa configurado por el ayuntamiento continúa el sábado, día 17, con el gran desfile-concurso de trajes de carnaval y animación callejera que comenzará hacia las 19.30 horas en la calle Atahualpa (frente al IMAS) y concluirá en la Plaza Mayor donde la noche se cerrará con un baile a cargo de la orquesta Antígona.

Ya para el domingo, día 18, está prevista una fiesta de la tercera edad a partir de las 18.00 horas en la residencia hogar de la Avenida de Cervantes. Habrá cinco premios en metálico y trofeos para cada categoría.

LUNES MEDIEVAL

El lunes, día 19, se reserva para los más pequeños y el carnaval medieval. Así a las 11.30 horas habrá un concurso infantil de disfraces en el Centro Comercial Ruta de la Plata y a partir de las 18.30 horas se celebrará el "Lunes medieval" en la Plaza de Santa María donde se repartirán las roscas típicas y los licores regionales sin alcohol. Allí se celebrará un concurso con premios para las personas que vayan disfrazadas de la época medieval.

El carnaval cacereño concluye el martes, día 20, con el entierro de la sardina también en la Plaza de Santa María, en pleno casco antiguo, a partir de las 21.00 horas. El cortejo fúnebre partirá previamente de la Plaza de San Mateo hasta llegar a las puertas de la concatedral. Finalmente cabe destacar que con un presupuesto de 60.000 euros, este año se repartirán 700 kg de roscas y 400 kg de coquillos.