Cáceres 2016.- Ibarra pide a los extremeños que "a partir de mañana seamos todos cacereños" en apoyo de la candidatura

El presidente dice que no contempla "la hipótesis de un fracaso" en el proyecto de Cáceres 2016 y "si nos ponemos es para ganar"

Europa Press Extremadura
Actualizado: viernes, 8 septiembre 2006 2:33

CÁCERES, 8 Sep. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, pidió en su discurso del acto institucional con motivo del Día de Extremadura, que "a partir de mañana, además de ser extremeños, seamos también cacereños".

De esta forma alentó el proyecto de la candidatura de Cáceres como Ciudad Europea de la Cultura en 2016 y añadió que no contempla "la hipótesis de un fracaso, porque eso sería empezar a arriar las banderas y sin nos ponemos es para ganar, para llevarnos el santo y la limosna y para darnos el gusto de hacer de 2016 el año en el que, de la mano de Cáceres, Extremadura dejó de ser una desconocida", indicó.

El presidente del Ejecutivo dedicó buena parte de su discurso con motivo de la entrega de las Medallas de Extremadura, al proyecto de Cáceres 2016 porque no en vano el acto institucional se celebró en esta ocasión en la capital cacereña y no en el Teatro Romano de Mérida como es habitual, en apoyo del proyecto.

Ibarra dijo que "se trata de impulsar entre todos los extremeños un título que Cáceres merece y Extremadura también. Si Cáceres se siente acreedora a ese título es porque se siente con fuerzas suficientes para ganar a cualquier otra ciudad que aspire a lo mismo", señaló.

Sin embargo, el presidente indicó que no sólo se trata de hacer "una exhibición de nuestro patrimonio, porque entonces el mérito de la consecución sería atribuible en exclusiva a nuestros antepasados que, poco a poco, fueron construyendo la ciudad monumental que hoy nos llena de orgullo y de razón para aspirar a ese reconocimiento".

SUMAR ESFUERZOS

Según Ibarra la pregunta que hay que contestar es "¿Qué podemos hacer los extremeños de hoy y los de mañana para sumar nuestros esfuerzos a los de nuestros antepasados, para que el título no sea sólo consecuencia de un patrimonio artístico y monumental, sino también el resultado de un patrimonio ético y moral?".

"Si aspiramos a ser capital de la cultura en 2016, --indicó-- tenemos la obligación de hacer de la cultura algo más que un patrimonio heredado. Deberíamos ser el ejemplo de lo conservado y de lo creado". Según el presidente, "los extremeños contemporáneos deberíamos demostrar a Europa que apostamos por el desarrollo de unos valores que nos conviertan en los campeones de criterios de juicio moral, de actos humanitarios, de organización social y convivencia política y ciudadana verdaderamente democráticas".

El presidente reconoció en su discurso que "para competir se necesita un buen patrimonio arquitectónico que sirva de recipiente a la cultura europea durante un año", pero añadió que no hay que conformarse tan sólo con eso y que habrá que demostrar que "somos un pueblo culto, es decir, un pueblo con conciencia plena de ciudadanía, que entiende y pone en práctica los valores fundamentales de la vida en común, la justicia sobre todas las cosas, la igualdad real, la solidaridad, la tolerancia, la libertad, el placer por el debate libre de las ideas, la democratización de todo escenario de convivencia, la humanización de todo poder", señaló.

Ibarra calificó como "excusas de perdedores" a las teorías de que con independencia de que se elija la ciudad o no, el mero hecho de proponerse metas ambiciosas supone un beneficio para la ciudad, "porque -dijo-- hay cosas que se dejan hechas", como equipamientos, comunicacioens, programas o proyectos y recordó que "siempre que los extremeños nos hemos propuesto algo grande en común, lo hemos conseguido de una u otra forma".

El presidente señaló que hay que poner a la región "en perfecto estado de revista" y que la lucha por la capitalidad es una "excusa perfecta para ponernos exigentes con nosotros mismos". En ese sentido, Ibarra señaló que "nos gustaría que no hubiera nada que esconder cuando se nos examine, ni nada de qué avergonzarnos, ni nada que no podamos explicar y justificar", dijo.

En este sentido, invitó a los responsables municipales a que se comprometan a "erradicar los barrios marginales, donde sea imposible la convivencia, donde se incumpla la ley, donde la droga circule libremente, porque -señaló-- es más culto enseñar todos los baarrio habitables que veinte palacios de congresos".

El segundo reto para Rodríguez Ibarra sería "intentar ganar la candidatura por exhibir una cultura solidaria, hospitalaria y comprensiva con quienes tienen un color de piel distinto al nuestro, de quienes tienen creencias distintas y que han venido buscando la libertad y la diginidad".

MOMENTOS FELICES

En otra parte de su discurso institucional hizo un breve repaso por algunos logros conseguidos a lo largo de la historia de la Autonomía y se refirió a ellos como "momentos felices en los que los extremeños hemos encontrado un designio compartido, una tarea asumida en conjunto, una meta común. No han sido tantos, pero precisamente eso los hace más memorables y más simbólicos".

En este sentido se refirió a "la pelea" por una universidad extremeña como "un hito en nuestra toma de conciencia como pueblo". En cuanto a la consecución de la Autonomía dijo que "concitó de nuevo las energías de una sociedad más consciente de sí y más articulada políticamente. No queríamos ser menos que los demás y queríamos ser mucho más de lo que habíamos sido hasta entonces. Fueron años intensos y hermosos de unidad en lo esencial", aseguró.

"El rechazo de una segunda central nuclear, si bien no llegó a ser unánime en el ámbito político, sí que se perfila en la distancia como uno de esos momentos galvanizadores de una gran mayoría social. Era un poco la prueba del algodón -dijo el presidente-- de que esto de la autonomía iba en serio y que ya no serían tan fáciles los atropellos del pasado y el silencio de Extremadura. Y comprobar que era posible ganar ese pulso acercó mucho a los extremeños a sus instituciones autonómicas".

Se refirió también a la reforma agraria, y recordó que "sobre todo en su fase judicial más dura, provocó muchas disensiones sociales y políticas". Alabó no obstante, "la idea de que el campo extremeño no podía seguir improductivo, de que había que poner fin a la situación social de sus trabajadores, de que había terminado la eterna vocación recreativa de nuestra dehesa, de que había que acabar con Los Santos Inocentes".

El presidente del Ejecutivo extremeño se refirió también a la creación de un tejido empresarial propio como ha sido, "otro de esos momentos en los que las energías de la sociedad extremeña se han puesto a tirar en la misma dirección".

GALARDONADOS

Las primeras palabras del discurso del presidente se refirieron al debate abierto sobre si será de nuevo el candidato socialista a la Junta en las próximas elecciones autonómicas y en ese sentido dijo que "no sé si llevarán razón aquellos que afirman que el ciclo político de algunos de nosotros se está agotando. ¿Y eso qué importa? El mundo ni se va a enterar de eso, España tampoco, y Extremadura algo".

En ese sentido refiriéndose a los galardonados con la Medalla de Extremadura, a todos los cuales dedicó unas palabras, dijo que lo que interesa saber es "si después de la muerte de doña Concha, el restaurante La Troya va a seguir sorprendiendo a los turistas que visitan las maravillas trujillanas". "Lo que sí interesa al mundo, a España y a Extremadura es saber si José Manuel Calderón seguirá siendo el base del equipo español de baloncesto que, tiene en el extremeño su sustento moral y deportivo", añadió sobre otro de los galardonados.

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