MÉRIDA, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
La empresa Laboratorios Larrasa S.L., dirigida por un joven veterinario extremeño, José Larrasa, abrirá en el polígono empresarial de La Albuera, el primer laboratorio de seguridad biológica de Extremadura y se convertirá en la primera industria biotecnológica de la región.
La empresa, que cuenta con cinco investigadores, trabaja en dos grandes líneas de investigación y desarrollo: genómica animal y en la producción de proteínas reconvinantes de membrana para la producción de vacunas animales y humanas, según publica la Revista Caudal de Extremadura, recogida por Europa Press.
El laboratorio de biotecnología, que está recibiendo el apoyo del Gabinete de Iniciativa Joven de la Junta de Extremadura, ha recibido dos subvenciones por importe de 165.000 euros de la Dirección General de Promoción Empresarial e Industrial.
La creación de la empresa Laboratorios Larrasa, cuyo único socio por el momento es José Larrasa, se remonta a marzo del año 2002, aunque no fue hasta septiembre de ese mismo año cuando comenzó a trabajar desde su sede actual de Jerez de los Caballeros.
"Al principio nos centramos sólo en trabajos veterinarios porque de algo teníamos que vivir -aseguró Larrasa- pero poco a poco, con la entrada de nuevos investigadores y nuestros contactos en la Universidad de Extremadura nos dimos cuenta que había que ir más allá, sobre todo por estar especializados en biología molecular".
La empresa decidió la ubicación en La Albuera porque la imposibilidad de encontrar un solar urbanizado de 1.000 metros cuadrados a un precio "razonable" en Jerez de los Caballeros. Actualmente, Laboratorios Larrasa está preparando los futuros chips de ADN para el sector cárnico y animal que pueden permitir conocer qué animales tienen más grado de engrasamiento, cuáles tienen más resistencia contra los virus o qué capacidad de proliferación tienen.
"El primero de ellos lo vamos a aplicar al sector del ibérico", aseguró José Larrasa, visto el potencial que el sector tiene en la región". También trabajan en la producción de proteínas reconvinantes de membrana que permitirá desarrollar vacunas, tanto para animales como para humanos.
La nueva industria pretende por tanto ir más allá de la investigación y fabricar así chips de ADN y de vacunas, con un mercado que pretende superar las fronteras de España con el resto de países europeos como objetivo.
