CÁCERES, 28 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Bioincubadora de Cáceres, situada junto al Centro de Cirugía de Mínima Invasión (CCMI) y el Hospital Universitario, estará en funcionamiento "en cuatro o cinco meses". La gestión de este espacio de investigación saldrá a concurso a principios de año en cuanto se cierren algunos flecos sobre el suministro energético de este centro que formará parte de la llamada Ciudad de la Salud de la capital cacereña.
La previsión es incubar entre seis y diez proyectos en los próximos cuatro años, y de momento, ya hay algunas empresas interesadas en alojarse en este edificio que está vinculado al desarrollo y comercialización de proyectos relacionados con la sanidad animal y humana, desde medicamentos hasta herramientas quirúrgicas, técnicas, etc.
A este tipo de espacios, muy desarrollados en países como Israel, llegan los proyectos en la última fase de comercialización para salir ya al mercado, y ya hay algunas empresas interesadas en instalarse allí. La infraestructura abarca una superficie de 1.200 metros cuadrados sobre una parcela de 4.300 metros. Contiene seis laboratorios para incubar las empresas de base tecnológica, dos laboratorios comunes de investigación, seis almacenes técnicos, cuatro oficinas-nido, una sala de reuniones, tres talleres-bio y una zona de administración y gerencia.
En noviembre del año pasado, la entonces consejera de Economía e Infraestructuras, Olga García, visitó las instalaciones y anunció que la Bioincubadora entraría en funcionamiento a principios de 2019, por lo que el proyecto llega con un año de retraso tras solucionar los problemas técnicos.
Ahora se ha anunciado una nueva fecha por parte del alcalde cacereño Luis Salaya y el director general de Extremadura Avante, Miguel Bernal, que han mantenido este lunes una reunión para resolver un escollo técnico del suministro energético del edificio. Avante es titular del inmueble y se encargará de poner en valor este nicho de investigación biomédica y biotecnológica.
"Cáceres es una ciudad de altísimo interés y atractivo para empresas vinculadas con el mundo de la investigación teórica, el desarrollo posterior y la explotación del proyecto en todo lo que esté relacionado con la sanidad animal y humana", ha explicado Bernal en declaraciones a los medios.
UN PAQUETE INTEGRADO
La Bioincubadora de Cáceres, la primera que existirá en Extremadura, se enclava en un lugar estratégico que ofrece "un paquete integrado" que añade un nuevo atractivo más a uno de los grandes ejes del desarrollo de la ciudad, que será la investigación aplicada que viene a complementar la labor que hace el CCMI, de referencia internacional.
El nuevo edificio será el engranaje entre la investigación teórica y la puesta en explotación a través de empresas que se implanten en la ciudad, para desarrollarlos y ponerlos en fase de comercialización. Para ello, en los "próximos meses" se sacará una licitación pública para desarrollar el modelo de gestión del edificio.
Según Salaya, la Bioincubadora encaja con el proyecto de una ciudad de investigación que dará salida a empresas locales o de fuera de la ciudad que decidan desarrollar aquí sus proyectos.
"Es un paso más en un modelo de ciudad que busca que los jóvenes que se han ido puedan volver y que investigadores que trabajan en centros de referencia fuera del país algún día puedan desarrollar su proyecto de vida en la ciudad", ha dicho el alcalde.
En el marco de ese impulso a la investigación y al retorno del talento, el regidor ha recordado que se llevará a cabo una ampliación del Centro Tecnológico ubicado en el campus universitario, lo que favorecerá que aumente el desarrollo en diseño software que "ya es una realidad en la ciudad", puesto que trabajan en él más de 700 personas en la capital cacereña.
