Obispo de Cáceres lamenta que mientras crecen las familias que acuden a Cáritas, tenga movil el 78% de los adolescentes

Actualizado: miércoles, 22 octubre 2008 15:28

CÁCERES, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -

El obispo de Coria-Cáceres, Francisco Cerro, lamentó hoy que mientras que, debido a la crisis, se ha incrementado en un 15% el número de familias que "tienen que pedir ayuda a Cáritas para salir adelante", el 78,5% de los adolescentes extremeños --el porcentaje más alto de España- tenga teléfono móvil, según datos recientes.

"Vivimos en una sociedad de consumo donde lo importante vuelve a ser 'Don Tener' y no 'Don Ser'; una sociedad que fomenta el consumo y el gasto, y que ya nos va anunciando su particular 'Navidad' a través de los medios de comunicación", advierte el obispo cacereño en una carta remitida a los medios.

Cerro señala que "pronto llegarán también las luces navideñas a las calles; una Navidad que es más bien su 'agosto' para las compañías y empresas", lo cual constituye "una invitación a tener, a consumir y no a 'ser', para poder compartir con los más necesitados".

En el texto, Francisco Cerro se refiere también al discurso "profundo" del Papa Benedicto en el sínodo de los obispos, respecto al cual se pregunta en tono retórico si se trató de "un discurso cargado de odio y castigo a los pueblos ateístas, como indican algunos medios, o fue más bien un ejemplo de autocrítica con una Europa y un Occidente perdido y sin raíces morales y éticas".

VOLVERSE 'ECOLOGISTA'

Para el obispo de Coria-Cáceres, "sumidos en una sociedad como en la que vivimos actualmente, donde el consumo se convierte en el motor de nuestras vidas, quizá sea necesario volverse 'ecologista', dejar atrás la revolución del 'motor' y usar lo de toda la vida, las 'velas' de la esperanza, el amor y la palabra".

"El gozo de la vida --apostilla Cerro-- no está en las cuentas bancarias, ni en el coche, ni en la casa de vacaciones, ni en el móvil última generación. Cierto es que cada uno necesitamos el "pan nuestro de cada día".

Subraya el obispo cacereño que "en las crisis los que más sufren y lo pasan peor son 'los de siempre', nuestros pobres, que descubren que no pueden llegar a fin de mes, si alguna vez llegaron, mientras que a los que se deberían abrochar el cinturón no parece afectarles ninguna crisis".

Por tanto, explica, "la clave cristiana de la crisis es el compartir con los más necesitados y, sobre todo, que esta austeridad nos haga poner el corazón en lo verdaderamente importante".