SANTIAGO DE COMPOSTELA, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Xunta de Galicia afrontó el proyecto arquitectónico del norteamericano Peter Eisenman para el Monte Gaiás "sin contar con un calculo cierto" para el presupuesto de la obra, sólo con un coste "orientativo" cifrado en 132,2 millones de euros, y se comprometió con la propuesta escogida en un concurso internacional de ideas bajo un "documento nulo de derecho", aunque con el valor de "una declaración de intenciones".
Así se desprende de la información expuesta hoy en la Comisión de Investigación la Cidade da Cultura (CdC), que hoy contó con las intervenciones del ex secretario xeral e de Patrimonio de la Consellería de Economía, Emilio Álvarez Rey; del ex secretario xeral de la Consellería de Cultura, Andrés González Murga; y del arquitecto Andrés Perea Ortega, responsable de la dirección facultativa de las obras y autor de los proyectos de ejecución sobre el diseño de Eisenman.
Los miembros del BNG y del PSdeG en esta comisión esgrimen la "falta de control presupuestario" en los datos del informe del Consello de Contas referido a 2004 para aludir a "desviaciones" en los costes. Así, señalan que de los 108 millones de euros fijados en el concurso de ideas que eligió el proyecto de Eisenman en 1999 se pasó "en nueve meses" --mediados de 2002-- a la cifra de 132,2 millones que aparece en "un acuerdo previo al contrato" entre Xunta y arquitecto; para llegar a principios de 2004 con un presupuesto de 373,3 millones con los proyectos de ejecución redactados y una licitación final de 373,03 millones.
"NINGÚN PRESUPUESTO"
En este contexto, Emilio Álvarez Rey fue le primero en apuntar el "barullo" que existe en torno a las valoraciones de supuesto incremento de costes en la construcción del complejo del Gaiás, en Santiago, al señalar que "inicialmente no tuvo ningún presupuesto". Afirmación que reiteró en otro momento al asegurar que "no había un calculo cierto" del coste del complejo hasta contar con los proyectos de ejecución.
Posteriormente, González Murga, ex secretario xeral de Cultura, coincidió con esa consideración, ya que manifestó que el coste del complejo arquitectónico no se puede cerrar con un proyecto básico y "sólo se conoce con el proyecto de ejecución". También aseguró que hubo "control" sobre esos proyectos, que salieron "de acuerdo a los precios de mercado".
En relación con el coste que aparece recogido en los presupuestos de ejecución --373 millones--, el arquitecto Andrés Perea, de la UTE Andrés Perea-Euroestudios, ratificó que "la solución" a las "carencias" del proyecto básico de Peter Eisenman se hizo "cotejando con 33 empresas" los "precios de mercado" y evaluando otros proyectos similares en cuanto a "singularidad" arquitectónica.
Hasta el punto que cuantificó el coste medio del metro cuadrado de la Cidade da Cultura en 2.400 euros, "similar" al del Museo de Arte Contemporáneo (Marco) de Vigo (2.400 euros) e inferior al del Centro de las Ciencias y las Artes de Valencia (3.079), la ampliación del Museo Reina Sofía (3.285 euros) o la ampliación del Museo del Prado (4.000 euros).
VINCULACIÓN CON EISENMAN
Otro de los asuntos que centraron hoy el debate fue el documento firmado el 26 de abril de 2000 por los entonces secretario xeral de Cultura, Andrés Gómez Murga, y el director xeral de Patrimonio Cultural, Angel Sicart, con Peter Eisenman, donde se fija el presupuesto de la contrata en 132,2 millones, la superficie construida y honorarios facultativos para el arquitecto de 13,9 millones de euros.
Sobre este asunto, los ex altos cargos de Economía y de Cultura expusieron hoy en la comisión de investigación que, como reconoce el informe del Consello de Contas, este documento es "nulo de derecho" y no implica "ni vinculación económica ni administrativa" para la Xunta, sólo "un protocolo de intenciones".
Ante los reproches del BNG sobre el grado de "indefinición" del proyecto de Eisenman y la "modificación de las condiciones del concurso de ideas" que supuso el acuerdo con el arquitecto norteamericano, el González Murga afirmó que era "el mismo" que el de las otras propuestas que optaron al concurso internacional y que se instó al ganador a concretar su diseño en el proyecto básico y en el proyecto de ejecución.
El ex secretario xeral de Cultura explicó el paso de los 108 millones "estimativos" que recogía el pliego del concurso de ideas que escogió el proyecto de Peter Eisenman a los 132,2 millones, en que el arquitecto norteamericano "no había considerado el sistema fiscal y tributario", que obligaba a incluir un 6% del beneficio industrial y el 16% del IVA.
Sobre los retrasos en la ejecución de los edificios --alguno llegó a los 22 meses--, ninguno de los comparecientes aclaró a qué se debieron, aunque se expusieron argumentos como la "complejidad técnica" del proyecto ideado por Peter Eisenman, debido a su "singularidad" arquitectónica.
En cuanto a la supuesta "urgencia" en la adjudicación de los dos últimos edificios del complejo por un gobierno de la Xunta (PP) en funciones, el ex alto cargo de Economía afirmó que al alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo (PSdeG), como "patrono fundador" del Patronato de la CdC "le interesaba que se agilizasen las obras antes de las elecciones".
TOQUE DE ATENCIÓN
Los ex altos cargos de Economía y de Cultura aseguraron que, pese a las distintas interpretaciones sobre las leyes a aplicar y los trámites administrativos seguidos, se actuó "de acuerdo a la legalidad". González Murga admitió "tener la conciencia tranquila" y "sentirse orgulloso" de su participación en el proyecto de la CdC, "sin precedentes" en Galicia y "singular"; al tiempo que advirtió de que "esperamos" que los nuevos responsables de la Xunta "sean capaces de continuarlo".
Por su parte, Álvarez Rey alertó de que los ciudadanos escuchan hablar mucho de este proyecto en favor y en contra y pidió a los tres grupos políticos --PSdeG, BNG y PPdeG-- "que se pongan de acuerdo y que no toreen a la gente" porque pueden encontrarse "que en la urna no hay votos".
El responsable de la dirección facultativa de las obras y autor de los proyectos de ejecución aseguró el "respeto literal" al diseño de Eisenman para la CdC y apuntó la "complejidad técnica" del mismo. Sobre la repercusión de la paralización de las obras de dos edificios del complejo durante 14 meses decidida tras el cambio de gobierno, el arquitecto Andrés Perea apuntó que, de acuerdo a su experiencia de 43 años en la profesión, "no es una sorpresa".
Apuntó que el ritmo de las obras de la CdC se mantiene en la actualidad, aunque admitió que "ralentizado" al haber antes certificaciones de obra por seis millones al mes y ser ahora de en torno a dos millones al mes. "No se ha dejado de trabajar", aseguró, e incluso, llegó a mencionar el plazo de finalización de la construcción en torno a 2012 o 2013.
Andrés Perea reconoció que "nunca ha llevado a cabo un trabajo con este" --en el que asumió el desarrollo del diseño de otro arquitecto-- y admitió que "no lo va a volver a hacer"; pero consideró "un privilegio" participar en la CdC, a la que se refirió como "obra maestra" de Eisenman, "uno de los grandes arquitectos del último cuarto del siglo XX". También recalcó que esta obra arquitectónica "se esté realizando en Galicia" y resaltó la "calidad" del sector de la construcción gallego.