Un estudio de la USC redefine la forma de medir la disponibilidad del agua a escala global y explica los oasis

Está liderado por el investigador de la USC Gonzalo Míguez Macho junto a Ying Fan, de la estadounidense Rutgers University

Un estudio de la USC y de la Rutgers University redefine la forma de medir la disponibilidad del agua a escala global y explica los oasis
Un estudio de la USC y de la Rutgers University redefine la forma de medir la disponibilidad del agua a escala global y explica los oasis - USC
Europa Press Galicia
Publicado: miércoles, 24 septiembre 2025 19:31

   SANTIAGO DE COMPOSTELA, 24 Sep. (EUROPA PRESS) -

   Un estudio de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) y de la Rutgers University, del que forma parte el profesor Gonzalo Míguez Macho, redefine la forma de medir la disponibilidad del agua a escala global.

   Según ha explicado la USC, hasta ahora, el indicador más usado para estimar el agua disponible en un territorio era el índice de aridez. No obstante, este cálculo dejaba fuera un factor clave: el agua que circula lateralmente de manera subterránea en el suelo a través de acuíferos y en la superficie por los ríos, desde zonas altas hacia valles y llanuras.

   Ahora, este equipo internacional acaba de demostrar que este "subsidio lateral" de agua puede ser determinante, especialmente en regiones áridas o semiáridas. Al incluir esta aportación adicional de agua en el cálculo, a la que denominaron variable 'Q-lat', los investigadores obtuvieron un nuevo índice más realista que tiene en cuenta tanto la topografía del terreno como la dinámica real del agua a través del paisaje.

   Gonzalo Míguez Macho, investigador del Centro de Investigación Interdisciplinario en Tecnologías Ambientales de la USC (CRETUS) y profesor del departamento de Física de Partículas de la USC, firma el estudio junto a Ying Fan, de la estadounidense Rutgers University.

   La investigación desarrolla este nuevo método con el que calcular la disponibilidad real de agua en la superficie terrestre. El indicador más usado hasta ahora era el índice de aridez, que compara la cantidad de lluvia recibida con la demanda potencial de agua de la atmósfera a través de la vegetación y la evaporación del terreno (evapotranspiración potencial). Su utilidad abarcaba la predicción de la severidad de las sequías, el estudio de cambios en la disponibilidad de agua debido al cambio climático y la determinación de la asignación de recursos hídricos en la planificación.

LA EXISTENCIA DE OASIS

   En este estudio, publicado recientemente en la revista Nature con el título 'A global humidity index with lateral hydrologic flows', los científicos demuestran que el "subsidio lateral" de agua puede ser determinante, especialmente en regiones áridas o semiáridas.

    Esto explica la existencia de los oasis o por qué áreas como el Delta interior del Okavango en pleno desierto en Botswana, disponen de más agua de la que cabría esperar si solo se consideraran las precipitaciones, siendo capaces de sostener una mayor biodiversidad de plantas y animales del que sugiere su índice de aridez.

    Con este nuevo enfoque, los investigadores han redefinido el índice de aridez como el 'índice de humedad global' (GHI_topo), ya que su cálculo refleja mejor la humedad que la aridez.

   Según sus resultados, la superficie terrestre donde la oferta de agua alcanza o supera la demanda potencial, aumenta en un 33% con este nuevo indicador, lo que explica como civilizaciones, oasis y ecosistemas pudieron prosperar en zonas donde el clima por sí solo no garantizaría suficiente agua.

   "Nuestro índice ofrece una visión más realista para comprender la disponibilidad de agua y gestionar mejor los recursos en un contexto de cambio climático", señala el investigador del Grupo de Física no Lineal, Gonzalo Míguez Macho.

    Aunque este modelo aún no tiene en cuenta las actividades humanas que impactan en la disponibilidad de agua, como los embalses o las desviaciones para el riego, y presenta algunas limitaciones en la representación del relieve, parece ofrecer una visión más realista del flujo y disponibilidad de agua.

    Este trabajo, fruto de la colaboración entre la USC y la Rutgers University, abre la puerta a aplicar el GHI_topo en estudios sobre sostenibilidad, planificación hídrica y resiliencia de ecosistemas y sociedades en entornos vulnerables a la sequía.

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