Actualizado: jueves, 22 junio 2017 17:37

   El Ministerio Fiscal apunta que el procesado creía que la víctima "le pertenecía"

   OURENSE, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -

   La Fiscalía mantiene la petición de 39 años de prisión para Aniceto R. (79 años), el hombre que acusado de matar a su mujer Isabel Fuentes (66 años) en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) el 8 de mayo de 2015, por considerar que "bajo su apariencia de debilidad sabía perfectamente lo que hacía" cuando decidió acabar con la vida de la víctima en el convencimiento de que ésta "le pertenecía".

   Así lo ha señalado este jueves en la cuarta y última jornada del juicio que se ha celebrado en la Audiencia Provincial de Ourense contra el acusado, por dos delitos de asesinato intentado y de asesinato consumado.

   "Aniceto R. es una persona muy mala que bajo la apariencia de debilidad que presenta sabía perfectamente lo que hacía", ha señalado el fiscal Julián Pardinas al inicio de una intervención en la que ha pedido una "sentencia ejemplarizante".

   Para la Fiscalía, Isabel Fuentes sufrió un caso de "violencia de género en toda su extensión" que "no debe ser confundido con un trastorno mental transitorio" y que se produjo porque el acusado "entendía que Isabel le pertenecía" y que podía disponer de su vida.

   El fiscal ha apuntado la existencia de alevosía en ambos ataques porque se realizaron "de forma sorpresiva", sin que la víctima tuviera oportunidad de defenderse o cuando estaba desvalida y no podía defenderse. Así, ha incidido que en el primer ataque la mujer estaba dormida y en el segundo tenía una mano sin movilidad, la otra atada y una traqueotomía que le impedía gritar.

   Los hechos tuvieron lugar durante la noche del 8 de mayo de 2015 en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense cuando el acusado supuestamente asesinó a su esposa Isabel Fuentes, clavándole un cuchillo.

   La mujer se encontraba ingresada y estaba recuperándose de un fuerte traumatismo craneoencefálico que, según había relatado su marido, le habían provocado unos ladrones que habían intentado entrar en su casa la madrugada del 2 de abril.

   Fiscalía y acusación particular han reiterado sus peticiones de 39 y 49 años de prisión, respectivamente, por considerar probados sendos delitos. Ambos apuntan a la existencia de la agravante de alevosía, ya que la víctima no pudo defenderse en ninguna de las dos agresiones.

PRIMERA AGRESIÓN

   Respecto a la primera de las agresiones, el fiscal ha relatado que el acusado "se acercó de forma inesperada" a su esposa y la golpeó "hasta cuatro veces" con un objeto contundente, "probablemente un martillo", con la "única intención de acabar con su vida",

   Al respecto, rechaza que avisara a sus vecinos del supuesto robo y agresión a su mujer "no para pedir ayuda", sino en el convencimiento de que esposa había fallecido, lo que a su juicio descarta la petición de la defensa de que se le juzgue en este caso por un delito de lesiones.

TRASTORNO MENTAL

   También ha descartado la posibilidad de un trastorno mental transitorio por considerar que el acusado había planificado la agresión.

   El fiscal se ha basado en la existencia de una nota de despedida, que se encontró en el bolsillo de su chaqueta, en que había comprado un cuchillo y en que escogido una noche en la que no se había quedado ningún acompañante más en la habitación.

ANGUSTIA POR LA PRESENCIA DE SU AGRESOR EN EL HOSPITAL

   Respecto al suceso en el CHUO el 8 de mayo, Fiscalía ha apuntado que "ningún guión puede mostrar la angustia de Isabel Fuentes si se hubiese recuperado y viese a su marido al pié de la cama esperando para acabar con su vida".

   Esta misma situación fue relatada por la acusación particular, que apuntó a la "angustia y sufrimiento añadido" de la víctima en el caso de que pudiera percibir lo que le rodeaba y reconstruir "a través de la lógica" los sucesos de la primera noche y "que fue su esposo el que la había agredido".

   Para la abogada Beatriz Seijo, "a Isabel la mataron dos veces", porque la familia no tuvo conocimiento de que se estaba investigando a su marido, ya que en el caso de que lo hubieran sabido "habría habido un familiar en la puerta día y noche".

   "Aniceto sabía que había sospechas sobre él y que el tiempo se le acababa. Quería asesinar a su mujer. No lo consiguió en la primera ocasión, pero sí en la segunda", ha abundado.

ENSAÑAMIENTO CON LA VÍCTIMA

   La acusación particular ha pedido diez años más de condena (49) que la Fiscalía por la existencia de ensañamiento en los dos ataques que sufrió Isabel Fuentes, y que considera que queda acreditado por los "golpes redundantes" que le realizó el agresor en ambas ocasiones.

   De este modo, en la primera agresión apunta a que la "saña y las ganas de matar" del atacante provocó que hubiera salpicaduras de sangre en las paredes e incluso el techo de la estancia; mientras que en la agresión en el CHUO el agresor movió hasta cuatro veces el cuchillo a pesar de haberlo clavado en una zona vital del cuerpo de la víctima.

   La abogada Beatriz Seijo también ha señalado la existencia de "cierta simetría que revela un mismo autor" de los hechos porque "ni en el filo del cuchillo ni en la cabeza del martillo (supuestas armas de la agresión) aparece sangre de Isabel". El agresor los habría lavado y limpiado.

INVESTIGACIÓN POR ROBO

   Con respecto al primero de los sucesos, la agresión en el domicilio conyugal, la defensa ha criticado que la Guardia Civil dejase la primera línea de investigación que apuntaba a un robo con violencia.

   En este sentido, ha incidido en que los investigadores no buscaron huellas de un posible agresor en los accesos a la vivienda, no encontraron el objeto de la agresión y tampoco ha aparecido ropa de su cliente con sangre de la víctima.

   El abogado Jorge Temes ha pedido la absolución del acusado en este caso por considerar que si no hubiera alertado a sus vecinos la mujer habría fallecido.

   En relación al crimen en el CHUO, la defensa recuerda que "los indicios más potente" contra su cliente son el hecho de que se encontrase su cuerpo al lado de la cama, así como el texto manuscrito que apareció en un bolsillo de su chaqueta. Sobre éste último señala que el acusado escribió a su esposa que "te dieron un golpe", lo que implica que no acepta los hechos de la agresión en el domicilio familiar.

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