El chef Pepe Solla en Petiscos
EUROPA PRESS

VALENCIA/SANTIAGO, 8 Feb. (EUROPA PRESS) -

El chef Pepe Solla trae a Valencia la esencia del picoteo gallego pero con su particular "toque viajero" en su nueva casa de Petiscos, pellizo en gallego, en la que el buen producto del Atlántico centra una cocina "sencilla, pero bien hecha" y enriquecida con "las influencias" aprendidas en su deambular por otros fogones.

El cocinero, Estrella Michelín en Poio (Pontevedra), ha presentado este miércoles en Valencia su nuevo establecimiento, situado en la plaza porta de La Mar, tras el éxito conseguido por Atlántico Casa de Comidas y Atlántico Casa de Petiscos en Madrid.

Así, trae a la ciudad del Turia esta fórmula sustentada en una carta con precios muy ajustados basada en un picoteo "sencillo y muy rico" que ofrece el buen género gallego, huyendo de "todas las historias que rodean a los gastronómicos". Poco a poco, irán a incorporando los productos valencianos, en especial de su huerta, a las recetas atlánticas. "El cocinero que no viaja se empobrece", corrobora.

Aguachile de pulpo, berberechos aliñados 'a feira', zamburiñas en salsa agridulce pimentón y algas, mejillones en curry verde, tartar de gambas con crema de setas, croquetas de centollo, cachelos bravos, tartar de vaca gallega con queso de oveja, fabas de Lourenzá con oreja melosa o bao de jarrete y empanadas recién hechas son estas "pellizcos sutiles" que se ofrecen.

Pero aunque la carta se sustenta en estas porciones para compartir, también se ofrecen platos. Un pescado, merluza traída del puerto de Celeiro, y dos carnes, una costilla ibérica y taco de vaca gallega madurada 40 días.

La propuesta se cierra con bocadillos de pan gallego, de 40 o 20 centímetros, de calamares y salsa cítrica o de raxo con pimientos del padrón. Tres postres cierran una carta en la que los caldos gallegos tienen todos el protagonismo aunque también se ofrecen otros vinos nacionales. Además, en Valencia se va a empezar un nuevo proyecto de dar a los cocktails una versión gallega para acompañar al picoteo.

EXPANSIÓN

Solla, que aprendió en los fogones del restaurante que sus padres abrieron en Pontevedra hace ya 61 años, abrió en octubre 2015 en Madrid 'Atlántico Casa de Comidas', un nombre con el que quería plasmar su vocación de una cocina "sencilla, pero rica" y con el producto del Atlántico como protagonista.

Así, ha explicado que el éxito que cosechó llevó a Compañía del Trópico a proponerle un segundo local en Madrid. Solla "se reinventa" y abre Atlántico Casa de Petiscos, esa palabra gallega para hablar de porciones, de trozos pequeños. El grupo de restauración, tras la gran acogida, le propuso abrir un nuevo local y escogió Valencia porque es "una ciudad muy apetecible" que cuenta con un público habituado a salir a comer fuera.

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