Una Traslación blindada por la seguridad recuerda a los refugiados y pide a España que "siga luchando junta"

O presidente da Xunta, Alberto Núñez Feijóo, acompañado de membros do Goberno ga
CONCHI PAZ
Actualizado: viernes, 30 diciembre 2016 16:55

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 30 Dic. (EUROPA PRESS) -

El aumento de las medidas de seguridad tras el atentado en el mercadillo navideño de Berlín se ha dejado sentir en la mañana de este viernes en la compostelana Praza do Obradoiro, un área blindada de agentes con motivo de la celebración de la Traslación de los restos del Apóstol, en la que el delegado regio, Alberto Núñez Feijóo, ha pedido por los refugiados, por los que sufren y para que España "siga luchando junta".

Los agentes de la Policía Nacional se han encargado desde primera hora de la mañana de revisar a todas las personas que querían acceder al espacio de la plaza habilitado para el público y han bloqueado con sus furgones los accesos al Obradoiro para impedir la entrada a vehículos rodados en caso de un atentado. Además, el helicóptero del cuerpo ha sobrevolado el recinto durante toda la mañana.

El acto, que ha comenzado pasadas las 11,00 horas con el pase de revista a las tropas, ha contado con la presencia del delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, el presidente del Parlamento, Miguel Santalices, el presidente del TSXG, Miguel Ángel Cadenas, la Valedora do Pobo, Milagros Otero, la mayor parte del gobierno gallego y autoridades civiles, culturales y militares, entre otros.

Durante la Eucaristía, que ha presidido el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, ha ejercido como delegado regio el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que ha leído una ofrenda en la que ha apelado a un Apóstol Santiago "inmigrante", "refugiado" y "perseguido" para pedir que la Europa de valores "derivados del cristianismo, el humanismo y la ilustración" sea "compatible con la acogida de los que huyen de los variados tipos de barbarie" y que "no olvide los errores del pasado".

Durante la ofrenda, el delegado regio también ha indicado que el Apóstol contempla desde su "hogar catedralicio" una España que "aspira a afrontar sus problemas sin excluir a nadie y contando con todos" y ha pedido por esa "España constitucional" que "tiene que seguir luchando junta para garantizar que todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades", independientemente de "donde nazcan o donde elijan vivir".

Del mismo modo, Núñez Feijóo ha pedido al Apóstol por el "drama de la marginación y de la exclusión social", recordando que "los poderes públicos tienen el deber de servir de voz a aquellos que, además de padecer una dolorosa situación, carecen de recursos para hacerse oír".

Finalmente, ha apelado a los "anhelos de igualdad" que se "revelan" contra la violencia de género y su "discriminación social y laboral", ya que, en una cultura como la gallega, "cualquier violencia o discriminación afecta a la dignidad de todos".

CONTRA LAS DESIGUALDADES

En su Homilía de respuesta, el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, ha apelado a la conciencia y al papel del cristiano para "afrontar tantas violencias estériles y desigualdades degradadoras" en la sociedad actual.

"En nuestra cultura es necesario valorar el sacrificio, la solidaridad y la entrega a los demás", ha dicho Julián Barrio, que ha criticado que los ciudadanos actuales, "ensimismados en sí mismos", cierren "las puertas del corazón, sin oír que están llamando a ellas" y "pensando que preocuparse de los demás es perder el tiempo".

"Nuestro individualismo nos lleva a fomentar la comodidad, la indiferencia y la insolidaridad, resignándonos a la visión fatalista de las cosas", ha dicho el arzobispo en la Homilía, al tiempo que ha subrayado que nadie "puede llamarse cristinano" y "pasa de lejos sobre situaciones injustas que generan marginación y abandono". "Nuestra misión no es la de ausentarnos del mundo, sino la de transformarlo", ha apostillado.

Del mismo modo, ha pedido a los creyentes que "no marginen a Dios" del "horizonte de la realidad social, cultural, política y económica de la existencia" humana y ha urgido a "sanar las heridas físicas y espirituales de tantas víctimas", abriendo los brazos a "los que sufren complejas experiencias en el ámbito familiar, social y religioso".

Tras el acto religioso, las autoridades civiles se han dirigido hacia el Pazo de Raxoi, donde el delegado regio ha firmado en el Libro de Honor del Ayuntamiento de Santiago y a participado en un breve acto civil de recepción.

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