SANTIAGO DE COMPOSTELA, 12 Sep. (EUROPA PRESS) -
La Xunta de Galicia, a través de la Consellería de Cultura, espera que su petición ante los juzgados del Contencioso-Administrativo de A Coruña para la inspección técnica del Pazo de Meirás, situado en el municipio coruñés de Sada y propiedad de la familia Franco, se resuelva de forma "rápida", aunque por el momento no hay novedades.
Tras participar hoy en un acto en Santiago y a preguntas de los periodistas, la conselleira de Cultura, Ánxela Bugallo, reconoció que las previsiones que maneja su departamento es que este proceso sea "rápido", pero reconoció que "no depende de ellos, sino del juzgado".
"Suponemos que tal y como es el tipo de proceso irá con bastante rapidez y tendremos una resolución pronto", aseveró Bugallo, quien dijo que "no tienen respuesta del juzgado", después de que el pasado lunes un letrado de la Xunta formalizase la petición en el registro de los juzgados del Contencioso-Administrativo de A Coruña.
Por otra parte, tras recurrir a la vía judicial para hacer valer "su derecho de inspección ante la obstrucción de los propietarios a la entrada de los técnicos", la conselleira de Cultura admitió que su departamento no recibió "ningún tipo de comunicación" por parte de los titulares del Pazo de Meirás, la familia Franco.
PETICIÓN PARA INSPECCIÓN
El departamento de la Xunta con competencias en materia patrimonial ha solicitado al juzgado que "determine el lugar, día y hora" para que se proceda a la entrada polos técnicos de la Dirección Xeral de Patrimonio o, por el contrario, que establezca si es la Consellería de Cultura la que debe poner la fecha de entrada.
Los argumentos que apoyan esta petición en el juzgado son, según Cultura, que el Pazo de Meirás, un inmueble catalogado, "forma parte del Patrimonio Cultural gallego" y que la inspección es "necesaria" para evaluar su posible declaración como Bien de Interés Cultural (BIC).
RESIDENCIA DE FRANCO El Pazo de Meirás, situado en el municipio coruñés de Sada, fue en su día propiedad de la escritora Emilia Pardo Bazán, pero en 1939 un grupo de ciudadanos de renombre promovió su compra a sus herederos y obtuvo más terrenos contiguos para ofrecérselo como regalo del pueblo al general Franco que, a partir de entonces, hizo de Meirás su residencia para las vacaciones de agosto.
La ampliación de la finca y el acondicionamiento del pazo se costeó con donaciones supuestamente voluntarias de los ciudadanos, donativos fijados previamente por las autoridades.