La Xunta negociará el viernes con los sindicatos la reforma para garantizar "la libre elección" de lengua en las oposiciones

Actualizado: miércoles, 20 mayo 2009 21:53

Los opositores a la Administración autonómica o entidades locales tendrán que hacer una prueba de gallego o acreditar su conocimiento

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 20 May. (EUROPA PRESS) -

El Gobierno gallego reunirá el próximo viernes a la Mesa Xeral de Negociación de Empregados Públicos --en la que están representados los sindicatos CIG, CC.OO. y UGT y la Xunta-- con el objetivo de "exponer" a las centrales sindicales la propuesta de reforma de la Lei da Función Pública de Galicia que pretende impulsar la Administración autonómica para garantizar "la libre elección" de idioma en futuros procesos selectivos.

El anteproyecto legislativo que presentará la Xunta a los sindicatos, al que tuvo acceso Europa Press, elimina la obligatoriedad de que uno o más de los exámenes de las oposiciones se realicen "exclusivamente" en gallego, como establecía la modificación vigente de la norma que regula la Función Pública gallega aprobada por el bipartito en 2008.

En todo caso, para dar cumplimiento a la normalización del idioma gallego en la Administración pública de Galicia, la reforma legislativa propuesta por el Gobierno de Feijóo recoge que en las pruebas selectivas para acceder a plazas de la Xunta y de las entidades locales se incluirá un examen de gallego, excepto para quienes "acrediten" el conocimiento previo de la lengua, y "sin perjuicio" de aquellas pruebas que deban realizarse en gallego para las plazas que requieran "un especial tratamiento" del idioma.

La nueva redacción del artículo relativo al tratamiento de la lengua indica también que la Administración "garantizará" los derechos "constitucionales y lingüísticos" de los ciudadanos gallegos, tanto respecto al gallego "como lengua propia de Galicia", como del castellano, "lengua oficial en Galicia".

Por último, incorpora una disposición transitoria en la que ratifica que la libertad de elección de gallego o castellano para realizar las pruebas selectivas será aplicable "a todos los procesos selectivos" de la comunidad que ahora mismo se encuentran en curso.

COMPROMISO ELECTORAL

Con el impulso de esta reforma, el Gobierno gallego cumple el compromiso formalizado por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien anunció poco después de ganar las elecciones autonómicas su intención de modificar la legislación vigente para que los opositores pudiesen "elegir" entre el gallego y el castellano para responder a los exámenes de los procesos selectivos.

En el propio texto de la propuesta se apela a la "cooficialidad" de ambas lenguas para justificar la reforma de la norma aprobada por el bipartito. "Los poderes públicos deben garantizar el uso normal y oficial de los dos idiomas", recoge el texto.

Asimismo, advierte de que la Administración debe posibilitar que la "movilidad" de los ciudadanos "por todo el territorio nacional" no se vea "limitada ni menoscabada" por ningún tipo de "barreras lingüísticas". "Debe primar el absoluto respeto a la hora de que los ciudadanos elijan con libertad la lengua en la que quieran expresarse", añade.

"PROVOCACIÓN" Y "ODIO" AL GALLEGO

La convocatoria a los sindicatos salió de San Caetano ayer mismo, sólo dos días después de la manifestación en defensa del "derecho a vivir en gallego" que concentró en Santiago de Compostela a más de 20.000 personas, que protestaron contra la línea política en materia de lengua anunciada por Núñez Feijóo.

En este escenario, la CIG-Ensino considera que la convocatoria de la Dirección Xeral de Función Pública para acometer esta reforma sobre el papel del gallego en las oposiciones constituye "una auténtica provocación" y una muestra del "odio" que la Xunta, con Núñez Feijóo al frente, profesa al gallego.

Así lo aseguró, en declaraciones a Europa Press, el portavoz de CIG-Ensino, Anxo Louzao, quien advirtió al PPdeG de que el hecho de que lograse la mayoría absoluta en las pasadas elecciones autonómicas no le da "vía libre" para "menospreciar" el idioma, con el diseño de una política lingüística "involucionista" que busca "su extinción".