Las ventas de viviendas nuevas se estabilizan en límites de la crisis del 92, con 3.000 unidades en 2009

Actualizado: sábado, 28 noviembre 2009 13:45

PALMA DE MALLORCA, 28 Nov. (EUROPA PRESS) -

Las ventas de viviendas nuevas se situarán este año en unas 3.000 unidades para toda Baleares, tras caer un 60 por ciento en el periodo 2007 a 2009, por lo que cabe hablar de "relativa estabilidad" en el mercado, que ha regresado a los índices de hace más de 15 años, en plena crisis de principios de la década de los 90.

Lejos quedan ya las ventas de 8.000 viviendas al año registradas a mediados de esta década que ahora termina, con unos límites de entre 7.000 unidades de mínima por ejercicio y un máximo de 10.000, que se vieron catapultados por la adquisición de propiedades inmobiliarias por parte de ciudadanos europeos, en un primer momento, y de inmigrantes, después.

En cambio, ahora la venta de viviendas a extranjeros "casi no tiene incidencia" en el mercado, admitió en declaraciones a Europa Press el presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Baleares, Gabriel Oliver, quien aseguró que "bajamos mucho en los últimos dos años, pero ahora se mantiene más o menos" la actividad, a pesar de la "dureza" de las entidades bancarias.

Según precisó, se mantienen las restricciones a la hora de conceder créditos hipotecarios, "por la razón que sea", un aspecto que dificulta el relanzamiento de una industria que depende de la capacidad de endeudamiento de sus clientes y, aunque el promotor considera que "hemos tocado fondo", también es consciente de que "aún falta tiempo para que podamos volver a crecer", dijo.

Por lo pronto, en los últimos días se supo que el número de hipotecas concedidas sobre viviendas en Baleares cayó un 24 por ciento durante el pasado mes de septiembre, después de dos meses seguidos de subidas. Un dato que a Oliver no le extraña, dadas las circunstancias, pero que puede deberse a múltiples causas y no refleja necesariamente la actividad inmobiliaria.

Según expuso, el número de hipotecas "no es un indicador que se deba tener demasiado en cuenta, porque no se traduce siempre en la compra-venta de una vivienda, ya que pueden realizarse sobre inmuebles ya adquiridos" por distintas causas, como la necesidad de afrontar deudas o, simplemente, de contar con liquidez disponible, algo típico en esta época.

Por otra parte, también descartó Oliver que la evolución del mercado de segunda mano incida en un descenso de las ventas de viviendas nuevas, porque corresponden a una calidad "muy inferior" y, por lo tanto, "son muy difíciles de vender", porque "tendrán difícil colocación hasta que tengamos una nueva entrada de inmigración", precisó.