Actualizado: viernes, 4 septiembre 2015 18:38

BANGKOK, 4 Sep. (Reuters/EP) -

Las pruebas forenses realizadas a los dos sospechosos detenidos por el atentado de Bangkok, capital de Tailandia, no coinciden con las halladas en el lugar de los hechos, ha asegurado este viernes la Policía, asestando un duro golpe a la investigación.

El test de ADN de los dos extranjeros, con nacionalidad desconocida, los relaciona con un alijo de explosivos encontrados en un apartamento de Bangkok, pero no con las pruebas recogidas en el santuario hindú de Erawan donde el 17 de agosto murieron 20 personas, han informado las fuerzas de seguridad en una declaración televisada.

La Policía tomó muestras de ADN del segundo de los acusados para determinar si era el presunto jefe --las cámaras de vigilancia captaron a un hombre con camisa amarilla dejando un mochila en el templo antes de la explosión--.

"No hay pruebas que confirmen que es el hombre de la camisa amarilla", ha afirmado un portavoz de las fuerzas de seguridad, Prawut Thawornsiri, añadiendo que la Policía creía que estaba "indudablemente implicado en el atentado".

Los investigadores intentaban establecer una conexión entre el segundo hombre, que fue arrestado el martes en la frontera de Tailandia con Camboya, y el ADN dejado por el principal sospechoso en un taxi, en fragmentos de la mochila y en un billete dado a un taxista.

La falta de vínculos complica el misterioso caso, dado que las autoridades están lejos de saber el motivo por el que se produjo el atentado en una de las zonas más comerciales de la ciudad y que se cobró la vida de 14 extranjeros --entre los que se incluyen siete chinos y hongkoneses-- y en el que más de 100 personas resultaron heridas.

El Ejército ha especulado con que los atacantes podrían haber sido miembros de la mafia del tráfico de personas frustradas por la represión policial. El Gobierno de Tailandia ha rechazado la posibilidad de que haya alguna milicia implicada.

SIMPATIZANTES DE UIGURES

El segundo sospechoso llevaba un pasaporte chino con el nombre de Yusufu Mieraili y donde se indicaba que su lugar de nacimiento se encontraba en la región de Xianjiang, en el oeste de China, pero no se sabe si es auténtico.

Si se prueba el vínculo de China podrían ganar peso las teoría de algunos expertos de seguridad de que la bomba pudo haber sido una venganza de simpatizantes de los uigures, una minoría musulmana de habla turca de la región de Xianjiang.

En julio, el Ejecutivo de Tailandia deporto a 109 uigures a China, donde muchos de ellos están perseguidos, molestando a Turquía, la cual tiene una gran diáspora de esta etnia.

La Policía ha establecido que hay una firme conexión con Turquía y usó este idioma para interrogar a los sospechosos. Uno de ellos fue arrestado con un pasaporte falso del país otomano. Se cree que ambos detenidos son turcos.

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