Malalai Joya, expulsada del Parlamento por sus acusaciones a los diputados, afirma que "los enemigos de la mujer están en el poder"
MADRID, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -
La diputada afgana Malalai Joya, expulsada del Parlamento del país el pasado mes de mayo por sus acusaciones contra los miembros de la Cámara, pidió hoy a los países que integran la coalición internacional que apoyen a los grupos y activistas que luchan por la democracia y los Derechos Humanos y "no imiten a Estados Unidos" sosteniendo a los "criminales de guerra" que gobiernan actualmente su país. Asimismo, aseguró que las mujeres siguen sufriendo abusos, violaciones y discriminación en su país y advirtió de que "los enemigos de la mujer están en el poder".
"Ahora mismo, la sociedad afgana lo que necesita es ayuda, no ocupación", declaró Joya en una rueda de prensa organizada por la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) y por la Asociación por los Derechos Humanos en España (APDHE) en la sede de esta última en Madrid.
"Todos los países que están enviando tropas a Afganistán están imitando la política de Estados Unidos de defensa de sus propios intereses", afirmó la parlamentaria. Por ello, añadió, "el Gobierno español" y el resto de países de la coalición "deben ser honestos, funcionar de forma independiente y apoyar a los partidos que luchan por los Derechos Humanos y la democratización".
Malalai Joya expresó sus "condolencias" por los soldados españoles muertos en su país. "He conocido a las madres de soldados estadounidenses y afganos muertos que me han dicho que yo tenía razón", declaró. "La población afgana está convencida de que las tropas internacionales no han llegado para ayudar sino para defender sus intereses", manifestó.
"CRIMINALES DE GUERRA"
Malalai Joya, que a sus 29 años es la diputada más joven del Parlamento, fue inhabilitada el pasado 21 de mayo para un periodo de tres años en represalia por sus declaraciones contra los miembros del Parlamento, a los que ha calificado de "enemigos del pueblo". Joya ha recurrido esta decisión ante el Tribunal Supremo.
Según la parlamentaria, el actual Afganistán está bajo el control de "grupos de poder que van de demócratas pero que abusan del poder". Estos grupos, representantes de la Alianza del Norte apoyada por Estados Unidos en la guerra contra el terrorismo, "son criminales, tienen armas, tienen una capacidad exagerada de control, son corruptos, se sabe quiénes son, son personas conocidas por todos", prosiguió.
Según Joya, "no sólo los diputados sino también los dirigentes del Parlamento son criminales de guerra que controlan el poder y controlan las provincias", declaró. "Están en el Parlamento, cuando deberían estar ante un tribunal, nacional o internacional, por todo lo que han hecho", pese a lo cual, denunció, "el Parlamento y el mismo presidente (Hamid Karzai) les está amnistiando".
"El Gobierno afgano es uno de los más corruptos del mundo" y "la sociedad ya no sabe quiénes son los enemigos", aseveró Malalai Joya. "Afganistán es el principal productor de opio del mundo; según datos de la ONU, el 93 por ciento del opio que termina en las calles de Nueva York se produce en Afganistán y según informes de julio de este año, los cuatro traficantes más importantes de heroína son miembros del Gobierno afgano", prosiguió.
Aparte, "los miles de millones de dólares de las ayudas internacionales no llegan a los afganos, sólo el dos por ciento de la población tiene electricidad" y "el 60 por ciento de los afganos viven por debajo del umbral de la pobreza, con un euro al día", agregó.
"Recientemente el presidente Karzai reconoció que el dinero está beneficiando a miembros corruptos del Parlamento", declaró. "No obstante, a estas personas se les dan Embajadas, son las que están en el poder, son más peligrosas incluso que los talibán", manifestó.
LOS DERECHOS DE LA MUJER
El gran caballo de batalla de Malalai Joya es la lucha por los derechos de las mujeres, que, a su juicio, sigue siendo tan necesaria como durante el régimen de los talibán. "Los enemigos de la mujer están en el poder", aseveró.
"El burka no es el principal problema de la mujer afgana, incluso es una medida de seguridad", afirmó Joya. Desde diciembre de 2003, cuando denunció públicamente la dominación de los señores de la guerra, Malalai Joya ha sufrido cuatro intentos de asesinato y tiene que desplazarse por su país vestida con un burka y con escolta armada.
"En Afganistán se han dado casos como el de una niña de once años, hija única de una familia, que fue secuestrada, violada e intercambiada por un perro", denunció. "En los seis primeros meses de 2007 se suicidaron 250 mujeres, que sentían que no tenían otra opción", prosiguió. "Según Oxfam, sólo una quinta parte de las niñas accede a la educación primaria" y las mujeres son víctimas frecuentes de "violaciones y abusos por parte de los comandantes provinciales".
Ella misma fue objeto de restricciones y amenazas en el seno mismo del Parlamento por defender sus posiciones. "Me han llegado a apagar el micrófono durante las intervenciones y a amenazar con violarme dentro del Parlamento", declaró.
Recientemente, un grupo de antiguos muyahidines celebraron en Kabul una manifestación, encabezada por el vicepresidente Abdul Karim Jalili, en la que se coreó "Muerte a Malalai Joya", según informaron ADPHE y CEAR. "No van a conseguir mi silencio, no van a callar esta voz que es la de mi pueblo", manifestó.
Malalai Joya fue elegida con la segunda mejor votación en la provincia de Farah para ocupar un escaño en el Parlamento en septiembre de 2005. Cuando sólo tenía cuatro años su familia abandonó Afganistán hacia los campos de refugiados en Pakistán. En ese país concluyó sus estudios y a los 19 años empezó a dar clases de alfabetización a mujeres. Regresó a su país en 1998, con 20 años de edad, donde siguió dando clases clandestinas a mujeres, en pleno régimen talibán, que prohibía la educación femenina.
Joya llegó hoy mismo a España, donde tiene previsto reunirse, el próximo jueves, con la Comisión de la Mujer y la Comisión de Cooperación del Congreso de los Diputados. Los días 26 y 27 de noviembre participará en la Semana de la Solidaridad de la Universidad Autónoma de Madrid.
