AI expresa su preocupación ante las "tácticas de tortura" de los huthis contra manifestantes pacíficos

Actualizado: miércoles, 18 febrero 2015 4:58

MADRID, 18 Feb. (EUROPA PRESS) -

La organización no gubernamental Amnistía Internacional (AI) ha expresado este martes su preocupación por las "alarmantes tácticas de tortura" de los milicianos yemeníes huthis contra manifestantes pacíficos, en un intento por reprimir la disidencia.

"Los huthis han descendido a un peligroso nivel de intimidación y violencia para infundir miedo a cualquiera que proteste contra su régimen", ha afirmado Donatella Rovera, asesora general de la organización sobre respuesta a las crisis, actualmente en Yemen.

"Los testimonios reflejan que se ha detenido y torturado a manifestantes durante días interminables. La seguridad de todas las personas que se atreven a denunciar públicamente el régimen de los huthis está amenazada", ha agregado.

AI ha detallado que entre los testimonios figuran los de Taher al Faqih y Abdelyalil al Subari, quienes fueron secuestrados durante una protesta pacífica en la capital, Saná. Ambos fueron detenidos junto a Salá Audh Bashri, quien murió posteriormente a causa de las torturas.

La organización ha indicado que, durante su entrevista con ellos cuatro días después, "todavía eran visibles las señales y cicatrices de la tortura que habrían sufrido", con hematomas y heridas abiertas.

"Al primero que se llevaron fue a Salá (al Bashri). No volví a verle hasta que nos liberaron, hacia las dos de la madrugada (del 14 de febrero). Salá no podía moverse ni ponerse en pie, ni siquiera cuando intentamos ayudarlo a levantarse, y tampoco podía hablar. Sólo dijo con un hilo de voz: 'Tengo sed'", ha dicho Al Faqih.

"Fuimos al hospital y allí Salá recibió primeros auxilios. Había huthis en el hospital, algunos con el uniforme militar, y como tuvimos miedo de que volvieran a secuestrarnos, nos fuimos de allí y condujimos hasta casa (a dos horas de allí), pero el estado de Salá empeoró y murió en el trayecto", ha relatado.

El propio Al Faqih contó detalles del interrogatorio al que fue sometido, en el que tuvo que responder a preguntas sobre su trabajo, las manifestaciones a las que acudía, los líderes de las protestas, y sus presuntas relaciones con la Embajada de Estados Unidos y otras formaciones opositoras.

"Luego me vendaron los ojos y me amordazaron. Me ataron las manos a la espalda, me ataron los pies, me obligaron a tumbarme sobre una especie de mesa estrecha y empezaron a golpearme en las nalgas con algún tipo de porra. Continuaron con la paliza durante mucho rato, puede que un par de horas", ha recordado.

"El dolor era insoportable. No paraban de decirme que confesara. Cuando finalmente dejaron de golpearme, estaba medio inconsciente. Tuvieron que ayudarme a levantarme", ha dicho.

OTROS CASOS

AI ha apuntado que también entrevistó al activista Fuad Ahmad Jaber al Hamdani, quien fue secuestrado el 31 de enero y quien estuvo trece días encarcelado en cuatro sitios distintos, siendo asimismo torturado.

"Me vendaron los ojos y me amordazaron, me ataron de pies y manos y luego a un banco estrecho, y me golpearon en las nalgas y la parte inferior de la espalda con una porra o una barra de hierro hasta que me desmayé. Me dijeron: '¿Vas a hablar o te hacemos hablar?'", ha contado.

"Me acusaron de recibir dinero de Estados Unidos y Arabia Saudí y de tener vínculos con terroristas de Hermanos Musulmanes y con ciertas personalidades relacionadas con el régimen anterior (encabezado por Alí Abdulá Salé)", ha agregado.

"Después de golpearme continuamente durante cuatro horas, en las que me desmayé varias veces, acepté escribir una confesión. Entonces me desataron, me advirtieron que no organizara manifestaciones ni me pusiera en contacto con opositores de los huthis y me condujeron a la calle Zubeiri. Me arrojaron al borde de la calzada. No podía moverme y me quedé allí tendido hasta que un transeúnte me rescató", ha recordado.

Asimismo, la organización ha publicado el relato del activista Ahmad al Zubhani, quien fue detenido el 7 de febrero cerca de la Nueva Universidad de Saná después de que los huthis siguieran el taxi en el que viajaba.

"Después de decirles que yo estaba en contra de las milicias, me dieron veinte latigazos seguidos, la mayoría en la espalda y las piernas, y me obligaron a escribir nombres de activistas y líderes de la protesta", ha apuntado. AI ha dicho que las fotografías de sus cicatrices concuerdan con su relato.

Por ello, Rovera ha recalcado que "los huthis deben poner fin de inmediato a sus tácticas ilegales de detención, tortura y otros malos tratos". "La Fiscalía General de Yemen debe investigar sin demora éste y otros casos parecidos y llevar a los responsables ante la justicia", ha remachado.

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