ESTAMBUL (TURQUÍA), 26 Abr. (del corresponsal de EUROPA PRESS, Ildefonso González) -
Susanne Geske, la esposa del ciudadano alemán que fue asesinado la semana pasada en Malatya (este de Turquía) por un grupo de jóvenes islamistas fanáticos, aseguró que visitará a los presuntos autores del crimen en la cárcel y que les ofrecerá su perdón, en una entrevista que publica hoy el diario local 'Sabah'.
"Dios nos dice 'Ama incluso a tus enemigos, no te enfades y no te vengues. Compadezco a los sospechosos del asesinato de mi marido. Quiero visitarles en la cárcel y decirles que les he perdonado", declaró.
Susanne no sólo no guarda rencor a los supuestos asesinos, sino que se apiada de ellos y siente mucho que sus vidas se hayan visto truncadas definitivamente por su acción. "Me siento peor por ellos que por las víctimas. Sus vidas han quedado arruinadas, y la de sus familias también. Les compadezco, como también compadezco las pérdidas de mi marido y mis amigos", señaló.
Asimismo, mostró su disposición a encontrarse también con los padres de los presuntos criminales. "Les diré que sus niños fueron engañados por otros. Lo hicieron sin saber lo que estaban haciendo. Trabajemos todos juntos para encontrar al cerebro de este tipo de sucesos, la misteriosa fuerza que hay detrás de ellos", observó Susanne, que aseguró que se quedará a vivir en Malatya junto a sus tres hijos.
Susanne también se refirió al asombroso parecido entre el crimen de Malatya y el registrado en 1993 en Solingen (Alemania), cuando un grupo de jóvenes neonazis quemó vivas en su domicilio a cinco niñas y jóvenes turcas. "La violencia, la discriminación racial y religiosa... son todas acciones equivocadas y pecaminosas. No importa quién las cometa, sean turcos o alemanes. Sólo quiero decir que son todas formas de brutalidad", apostilló.
Tres trabajadores de una editorial cristiana de Malatya, dos turcos y el alemán Kirman Geske, fueron salvajemente degollados el pasado día 18. La editorial Zirve, que edita biblias y textos de contenido cristiano protestante, había recibido serias amenazas en el pasado por parte de grupos ultranacionalistas que la acusaban de hacer proselitismo. Por el momento, cinco jóvenes turcos han sido imputados por el crimen y se encuentran en una cárcel a la espera de juicio.
