PARÍS, 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, recabó hoy el apoyo del mundo árabe para su visión de una 'política de civilización' durante el discurso pronunciado ante el Consejo Consultivo de Riad (Arabia Saudí), primera etapa de su gira por los países del Golfo.
Jalonada de referencias a Dios y al papel de la religión, la intervención del jefe del Estado galo supuso una apuesta por un Islam abierto y moderno alejado de los extremismos. Asimismo, puso de relieve el papel de "equilibrio y moderación" que juega Arabia Saudí, no sólo en la región sino a nivel mundial.
"Aquí --destacó-- se juega la relación del Islam con la modernidad. Aquí, el Islam demostrará una forma de modernidad que le es propia, que no destruirá su identidad ni entrará en conflicto con la fe". "Eso es lo que le da a Arabia Saudí una importancia tan grande en la escena mundial", indicó Sarkozy.
Por ello, aseguró que Francia no quiere ser sólo un socio económico de Arabia Saudí sino un socio político, porque ambos comparten los mismos objetivos de una política de civilización preocupada por "evitar el choque de civilizaciones y la guerra de religiones".
"Porque Francia y Arabia Saudí tienen en el mundo, cada una a su manera, una influencia moral que les obliga a luchar por la paz y la justicia", agregó.
Y al defender su visión de la política de civilización, relató que es la de quienes, en el seno mismo del Islam, como en otras religiones, luchan "contra el fanatismo y el terrorismo" y apelan a los valores fundamentales del Islam para "combatir el integrismo", continuó.
Es, además, la que llevan a cabo los que trabajan para lograr un Islam "abierto" que recuerda los siglos en los que era el símbolo de apertura de espíritu y tolerancia, que recuerda a los sabios que tradujeron a Aristóteles y Platón y que fueron durante siglos la punta de lanza del progreso de las ciencias.
"Es --prosiguió-- lo que hacen quienes se esfuerzan en conciliar progreso y tradición, sintetizar la identidad profunda del Islam y la modernidad sin golpear la conciencia de los creyentes", declaró.
No se trata pues, según Sarkozy, de imponer un "modelo único" de civilización, porque sería "repetir el error trágico que en el pasado provocó tantos males", ni de negar identidades, que supondría hacer el juego a los extremismos y provocar "más violencia, guerra y terrorismo".
En este sentido, habló de una política de civilización que se marca como objetivo "civilizar la globalización", que integra la dimensión intelectual, moral y espiritual y busca conjurar la amenaza "del choque de civilizaciones" poniendo el acento en lo que les une y no en lo que les separa.
Debe ocuparse, en opinión de Sarkozy, no sólo de las consecuencias sino también de las causas de la miseria y de la desigualdad, las derivas de la modernidad, los excesos de la técnica, de la economía y de las finanzas, de la contaminación y la degradación de la calidad de vida.
"Pero una política de civilización es, ante todo, una política de justicia, porque es el sentimiento de injusticia el que alimenta el odio", señaló Sarkozy antes de defender esta justicia para el pueblo palestino y dejar claro que es la condición para lograr la paz y la seguridad para Israel.
"La justicia se la debemos a todos los pueblos oprimidos, a todos los explotados, a todos los que sufren porque no se les reconoce su dignidad como seres humanos. Se la debemos a todas las mujeres, a todos los niños maltratados, si queremos vivir en paz, si queremos arrancar del corazón de los hombres el resentimiento y la venganza", reseñó.
Sarkozy se refirió también a la situación de la mujer y a la libertad de expresión en Arabia Saudí. Al respecto, aunque dijo que "lentamente", admitió los cambios que en unos años ha hecho el país respetando los lazos con el Islam.
En su mensaje al Consejo Consultivo, expresó también el apoyo de Francia a Arabia Saudí para lograr que el Parlamento libanés elija en el mejor plazo posible un nuevo presidente en el que se reconozca toda la diversidad de la sociedad libanesa. "Francia apoya sin reservas el plan de la Liga Árabe", sentenció.