LONDRES 26 Sep. (EUROPA PRESS) -
Amnistía Internacional (AI) instó hoy al Consejo de Seguridad de la ONU a enviar "de inmediato" una misión a Birmania con el objetivo de resolver la crisis de Derechos Humanos, impedir la violencia y negociar con las autoridades del país la solución de los problemas de Derechos Humanos pendientes.
En un comunicado emitido hoy, la organización denunció el "terrible historial" en materia de Derechos Humanos registrado en Birmania, un país en el que, según Amnistía, se aplican leyes que penalizan la expresión pacífica de la disidencia política. Como resultado de ello, a finales de 2006 "la mayoría de las principales figuras de la oposición estaban encarceladas o sometidas a detención administrativa". En la actualidad hay más de 1.160 presos políticos "cuyas condiciones de reclusión son cada vez peores", advirtió Amnistía.
Aparte, prosiguió AI, "son frecuentes las detenciones sin orden judicial y la reclusión en régimen de incomunicación", los procesos judiciales contra personas detenidas por motivos políticos "no cumplen las normas internacionales sobre juicios justos" y a los acusados "se les niega a menudo el derecho a contar con un abogado", además de que "los fiscales se basan en confesiones obtenidas con tortura".
Asimismo, se sigue haciendo uso de niños soldados y mano de obra forzada y la tortura y otros tratos crueles, inhumanos y degradantes son "prácticas habituales", especialmente durante los interrogatorios y la detención preventiva.
Por ello, según la secretaria general de Amnistía Internacional, Irene Khan, la misión del Consejo de Seguridad debe tomar "medias urgentes" para resolver la crisis de Derechos Humanos de Birmania e impedir que estalle la violencia y se produzca derramamiento de sangre. Asimismo, la misión debe hablar con las autoridades del país sobre el modo de resolver problemas de Derechos Humanos existentes en él desde hace mucho tiempo, incluida la detención de la disidente Aung San Suu Kyi y otros presos políticos.
LAS MANIFESTACIONES
En Birmania se están celebrando en la actualidad manifestaciones masivas, comparables a las de 1988, cuando las fuerzas de seguridad disolvieron violentamente varias multitudinarias protestas de los partidarios de la democracia, con la consiguiente pérdida de "miles de vidas", según AI.
"Existe un gran riesgo de que se adopten medidas enérgicas contra los manifestantes, por lo que es imprescindible que la comunidad internacional entre con urgencia en acción", advirtió Irene Khan.
"Hay que comunicar inequívocamente al Gobierno militar de Birmania que si repite la represión violenta de 1988 el coste será terrible", prosiguió. Según Khan, los manifestantes de Birmania "tienen derecho a expresar pacíficamente sus opiniones, y el Gobierno tiene el deber de respetar totalmente este derecho", añadió.
"China, como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y como Gobierno con influencia política sobre Birmania, tiene un papel decisivo que desempeñar", y lo mismo "cabe decir de los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, Japón e India", aseveró Irene Khan. Estos países "deben ejercer su influencia para poner fin a la situación de emergencia que existe en Birmania en materia de Derechos Humanos, que está totalmente olvidada", agregó.