Birmania.- Las fuerzas de seguridad siguen controlando las calles de Rangún un día después de la misión de Gambari

Actualizado: lunes, 1 octubre 2007 13:17

RANGÚN, 1 Oct. (EP/AP) -

Las fuerzas de seguridad birmanas siguen desplegadas tanto en el centro como en los alrededores de Rangún, donde están efectuando registros en automóviles y autobuses y vigilando la ciudad desde helicópteros. La fuerte presencial policial y militar se produce un día después de que el enviado especial de la ONU, Ibrahim Gambari, se reuniera con la histórica disidente Aung San Suu Kyi y no pudiera entrevistarse con los dos máximos dirigentes del régimen.

El tráfico transcurre fluidamente y la mayoría de los comercios permanecen cerrados. Algunos monjes han recibido autorización para regresar a sus monasterios a fin de recoger donaciones de alimentos, bajo la vigilancia de los soldados. "Aparentemente la situación es normal de momento, el tráfico parece fluido", declaró el embajador británico, Mark Canning.

Las actuales manifestaciones comenzaron el pasado 19 de agosto para protestar por la elevada subida del precio de los combustibles --el del diésel un cien por ciento y el de la gasolina un 66 por ciento-- y la consecuente inflación, y han ido creciendo después de que el Gobierno detuviera a más de 200 manifestantes. Estas protestas son las primeras en más de diez años y cuentan con el apoyo de una buena mayoría de la población.

A mediados de septiembre, los monjes budistas del país se sumaron al movimiento de protesta, generando una nueva ola de manifestaciones que culminó esta pasada semana con la salida a las calles de hasta 70.000 personas, lo que las convierte en las concentraciones más multitudinarias en los últimos 20 años.

La respuesta de la junta ha sido el incremento de la represión, sobre todo el miércoles y el jueves pasados, con disparos contra las manifestaciones, detenciones masivas --se habla de más de mil detenidos-- y golpes. Aunque la cifra oficial es de diez muertos, fuentes opositoras han denunciado que al menos ha habido 200 muertos.

Los monjes han pagado un alto precio por su implicación en los hechos. Fuentes diplomáticas asiáticas aseguraron hoy que todos los monjes detenidos han sido expulsados del sacerdocio. Algunos de ellos podrían a enfrentarse a largas condenas de cárcel. Un testigo presencial identificado como Ko Hla ha escrito en su 'blog' de Internet que los monjes han sido "obligados a cambiar sus ropas por vestimentas civiles".

Por su parte, la prensa gubernamental escribió hoy que las manifestaciones han sido orquestadas desde el extranjero para perjudicar al país. "Elementos destructivos internos y externos están aplicando diversos medios para destruir los constructivos esfuerzos del Gobierno y del pueblo y para causar malestar e inestabilidad", se lee en 'La Nueva Luz de Myanmar'.

El actual régimen es el resultado del golpe de Estado militar de 1988, con el que se reprimieron las revueltas en favor de la democracia (con un resultado de 3.000 muertos).

En 1990, la dirigente opositora Aung San Suu Kyi, de la Liga Nacional por la Democracia (LND), obtuvo la victoria en las primeras elecciones libres en casi 30 años, pero los militares anularon los comicios y se negaron a renunciar. Aung San Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz en 1991, lleva 12 de los últimos 18 años bajo arresto domiciliario, el último decretado en 2003.

Gambari se reunió ayer con la dirigente opositora, pero, pese a sus esfuerzos, no fue recibido por el líder de la Junta Militar, el general Than Shwe, ni por su número dos, el general Maung Aye. La Junta no ha comentado los resultados de esta misión.

En cuanto a la reunión con Suu Kyi, la LND admitió hoy que es poco optimista respecto a sus resultados y a que vaya a influir en la Junta Militar, y afirmó ante la emisora Radio Libre Asia que la función de Gambari ha sido más la de un "facilitador" para transmitir los mensajes de uno a otro que la de una autoridad con capacidad para alcanzar acuerdos.