RANGÚN, 26 Sep. (EP/AP) -
La Policía birmana comenzó hoy a disparar para dispersar a los más de 100 monjes budistas que se manifestaban en las calles de Rangún y que habían desafiado la prohibición impuesta por las autoridades para asambleas públicas de más de cinco personas intentando romper la barricada situada en las puertas de la Pagoda Shwedagon, el templo budista más importante del país.
La Junta Militar que gobierna Birmania había prohibido hace unas horas cualquier reunión pública de más de cinco personas y había impuesto un toque de queda durante la pasada noche para evitar que continuaran las masivas manifestaciones que durante ocho días habían liderado los monjes, a los que siguieron cientos de miles de personas en Rangún y otras ciudades importantes.
Disparando al aire, golpeando sus escudos protectores con palos y ordenando a la gente que se dispersase, los agentes policiales persiguieron a algunos de los monjes y a unos 200 civiles congregados, mientras que otros intentaron tomar la entrada este del vasto complejo de la pagoda.
Algunas personas cayeron al suelo debido al caos producido por el enfrentamiento de los manifestantes con las autoridades y pudo verse a al menos un monje siendo golpeado con un palo por un policía.
Soldados armados con fusiles de asalto habían bloqueado previamente las cuatro entradas al templo sagrado y bloquearon otros lugares en los que comenzaban a concentrarse cientos de personas para continuar con las manifestaciones que empezaron hace ocho días.
