Brown condena el "cobarde" ataque en la base militar y afirma que "ningún asesino desbaratará" el proceso de paz

Reuters
Actualizado: domingo, 8 marzo 2009 16:56


LONDRES, 8 Mar. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Eva Martínez Millán) -

El primer ministro británico, Gordon Brown, condenó hoy los "cobardes" ataques que se produjeron la pasada noche en una base militar del Ulster, que dejaron dos soldados muertos y cuatro personas heridas, y advirtió de que "ningún asesino podrá desbaratar el proceso de paz que tiene el apoyo de la amplia mayoría de la gente de Irlanda del Norte".

El episodio ha supuesto la primera baja de miembros del Ejército de Reino Unido en la provincia desde 1997, por lo que Brown se comprometió a "incrementar los esfuerzos" para garantizar que la estabilidad de zona que abrieron los acuerdos de paz tras décadas de conflicto "dura y perdura". "Puedo asegurar que llevaremos a esos asesinos ante la justicia", declaró.

Después de que en las últimas semanas los propios servicios de Inteligencia británicos hubiesen elevado a "severo" el nivel de riesgo de los grupos disidentes del IRA, el primer ministro de Reino Unido subrayó que la "primera prioridad" de su Gobierno "ha sido siempre la seguridad de la gente de Irlanda del Norte".

Por ello, prometió "hacer todo lo que esté al alcance del poder para asegurar" que el Ulster está "a salvo y seguro" y aprovechó también para trasladar sus "primeros pensamientos y condolencias" para los familiares de las víctimas, tanto los de los dos soldados muertos, como los de los cuatro heridos, dos militares y dos civiles, los dos repartidores de pizza".

Además, reconoció que "el país en su conjunto está en impactado y furioso ante la maldad y la cobardía" del ataque en la base de Massereene, en el condado de Antrim, en el que se vieron afectados, según recordó, "soldados que estaban sirviendo a su país y civiles que simplemente estaban desempeñando sus tareas ordinarias".

OTRAS REACCIONES

Por su parte, el ministro principal de Irlanda del Norte, el unionista Peter Robinson, consideró el episodio un "terrible recordatorio" de sucesos del pasado y lo censuró como un "acto inútil de aquellos que no tienen ningún apoyo de la gente ni posibilidad de éxito en su campaña".

Así, Robinson advirtió a los autores de que "no tendrán éxito" y, además de trasladar su "simpatía" a la familia, advirtió de que el ataque "no desviará la dirección que ha tomado Irlanda del Norte" con la firma de los acuerdos de paz y la constitución de un Gobierno de unidad de protestantes y católicos.

Una línea compartida por el primer ministro de Irlanda, Brian Cowen, quien reconoció que "la esperanza general consideraba esta violencia sin sentido una cosa del pasado" que ha sido "ampliamente rechazada por la gente de esta isla, tanto en el norte como en el sur". Por ello, garantizó que "un minúsculo grupo de malvados no puede y no menoscabará la voluntad del pueblo de Irlanda para vivir unido en paz".