Bush anuncia el endurecimiento de sanciones contra la dictadura militar de Myanmar

Europa Press Internacional
Actualizado: miércoles, 26 septiembre 2007 2:01

NUEVA YORK/NAYPYIDAW, 26 Sep. (OTR/PRESS) -

El presidente de Estados Unidos, George W.Bush, aprovechó su discurso ante el resto de líderes mundiales en la Asamblea General de la ONU en Nueva York para anunciar que Washington endurecerá las sanciones contra la dictadura militar de Myanmar como respuesta a sus "violaciones de los Derechos Humanos". Mientras, en las calles de la antigua Birmania la población civil se va sumando a las protestas que hasta el momento han encabezado los monjes budistas contra el Gobierno, pese a la advertencia de este último de que no dudará en utilizar la fuerza para acabar con las marchas pacíficas.

"Los norteamericanos están indignados con la situación en Birmania", aseguró Bush ante la Asamblea General de Naciones Unidas y empleando el nombre colonial del país asiático, en el que gobierna la dictadura más antigua del mundo, ya que Estados Unidos no reconoce el cambio de nombre que realizó la Junta Militar de Myanmar. Seguramente por esa "indignación" a la que hizo referencia el presidente estadounidense y por el relieve internacional que han adoptado los acontecimientos en esa parte del mundo, Washington ha decidido endurecer las sanciones económicas que hasta el momento no han dado sus resultados con la férrea dictadura.

"Voy a anunciar una serie de pasos para ayudar a llevar el cambio pacífico a Myanmar", aseguró Bush, según informaciones de 'Al Jazeera' recogidas por OTR/Press, antes de anunciar que "Estados Unidos endurecerá las sanciones económicas sobre los líderes del régimen y los que les respaldan financieramente, e impondremos un gran veto a los visados contra los responsables de las violaciones de los Derechos Humanos así como a sus familiares". Mientras, en las calles del país asiático, continúan las protestas pacíficas lideradas por los monjes, en lo que ya se ha denominado 'Revolución Azafrán'.

La Policía de la dictadura militar sacó de prisión el domingo al líder de la Liga Nacional para la Democracia y Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, para mantenerle en arresto domiciliario. Las fuerzas gubernamentales han tomado las calles cercanas a la casa de Suu Kyi para evitar que los monjes se concentren frente a la misma, como ya sucedió el sábado. El General de Brigada Thura Myint Maung, ministro de asuntos religiosos de Myanmar, ya advirtió a los monjes budistas que "se pasará a la acción" en caso de nuevas protestas en las calles de la antigua capital, Rangún.

LA ONU, COMO UN SOLO HOMBRE

"Advertimos a los monjes y a la población civil para que no participe en las marchas de protesta. Emprenderemos acciones amparados en la ley existente", afirmó el militar. Algunos activistas de movimientos pro Derechos Humanos aseguraron que el Gobierno está infiltrando en las marchas pacíficas de protesta a agentes alborotadores para justificar cualquier tipo de acción represora por parte de las Fuerzas de Seguridad. Aunque de momento no ha saltado la chispa camiones transportando agentes de la Policía y soldados no dejan de recorrer el centro de la antigua capital.

La creciente tensión en Myanmar ha puesto al país asiático en el ojo del huracán. En declaraciones a 'Al Jazeera', Ibrahim Gambari, el consejero especial de la ONU para Myanmar, aseguró que la comunidad internacional necesita alcanzar un acuerdo sobre este asunto antes de actuar. "Cuando la ONU habla como una sola voz, cuando la comunidad internacional actúa con consenso, la posibilidad de influir en un Gobierno como el de Myanmar son muy reales", señaló, antes de concluir que el mejor camino es "un acercamiento comprensivo", combinando ofertas de ayuda "al mismo tiempo que se les empuja a moverse en el camino de la restauración del pleno respeto a los derechos humanos y de la democratización".

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