WASHINGTON, 17 Sep. (EP/AP) -
El presidente estadounidense, George W. Bush, tiene previsto hacer oficial hoy el nombramiento del retirado juez federal, Michael B. Mukasey, como sucesor de Alberto Gonzales al frente de la Oficina del Fiscal General, según informaron fuentes cercanas al presidente. Esta decisión podría granjearle la enemistad de gran parte de sus compañeros republicanos, opuestos a numerosas sentencias promulgadas por el que será el nuevo máximo representante de la Justicia norteamericana durante su carrera en los tribunales.
Mukasey, de 66 años, y que ha ejercido como consejero legal del precandidato republicano a la presidencia, Rudy Giuliani, encabezará el mismo departamento que fue severamente atacado por la opinión pública y por el Congreso estadounidense tras anunciarse los despidos de nueve abogados y la dimisión de su antecesor en el cargo.
Los partidarios de Bush afirman que el registro de Mukasey al frente del tribunal de Manhattan es impecable, pero los críticos entienden consideran al juez retirado como un intento de apaciguar los ánimos de la mayoría demócrata en el Congreso estadounidense, ya que ha contado con el apoyo pasado del senador demócrata y valedor para el Tribunal Supremo, Chuck Schumer, ahora uno de sus principales enemigos.
De esta forma, los activistas conservadores se han preparado para presentar su oposición a la posible nominación de Mukasey como nuevo secretario de Justicia. A principios de semana, los senadores demócratas amenazaron con bloquear la nominación de otro candidato, Theodore Olson, un estrecho aliado republicano y ex procurador general que representó a George W. Bush ante el Tribunal Supremo en las disputadas elecciones del 2000 que le dieron la presidencia.
Alberto Gonzales renunció como secretario de Justicia tras dos años y medio, ante acusaciones de negligencia y de mentir al Congreso. Gonzales negó las acusaciones, pero fue el furor por el despido de nueve fiscales federales lo que marcó el inicio del fin de Gonzales en el puesto y manchó la reputación del departamento. Los despidos, planeados después de las elecciones del 2004, fueron algo sin precedentes en la historia reciente del departamento e hicieron que los demócratas cuestionasen si habían tenido motivos políticos.
Hasta ahora, la Casa Blanca ha permanecido en silencio ante el reemplazo. El anuncio se esperaba para esta semana, pero en los días previos, algunos expertos legales conservadores y fuentes republicanas comenzaron a anticipar la elección del ex magistrado.
DIVISIÓN DE OPINIONES
Brian Burch, presidente del grupo conservador católico Fidelis, afirmó el sábado que a recibir llamadas telefónicas de miembros de su organización y otras similares a quienes preocupaba que Bush se estuviese aprestando a nombrar a Mukasey.
"Su historial como juez federal ha sido a veces hostil a temas por los que nos preocupamos, como el aborto", dijo Burch. Sin embargo, los aliados de Bush dentro del Departamento de Justicia defienden su nominación.
"Mukasey es muy firme. Fue realmente un juez brillante, de primera, y tiene valores conservadores impecables", dijo Jay Lefkowitz, ex asesor de política interna de Bush que lidiaba con asuntos del Departamento de Justicia. "Pienso que él estaría en muy buena posición en asuntos de seguridad nacional, de la lucha contra el terrorismo. Proviene de un ambiente ajeno a la Casa Blanca y podría restaurar la confianza en el Departamento".