LONDRES 16 Feb. (EUROPA PRESS) -
El conflicto armado desencadenado en el este de Chad podría degenerar en un genocidio similar al que vivió Ruanda en 1994, ya que se han empezado a trasladar a la región las mismas tácticas criminales puestas en práctica en la vecina Darfur, en el oeste de Sudán, según advirtió hoy el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
"Estamos viendo elementos que estrechamente recuerdan lo que vimos en Ruanda durante el genocicio de 1994 y pienso que tenemos una oportunidad para evitar que ocurra de nuevo una tragedia como aquella", declaró un miembro de ACNUR, Matthew Conway, citado por la cadena de televisión británica BBC.
La advertencia de ACNUR coincide con el acuerdo firmado entre Chad, Sudán y la República Centroafricana por el cual ningún país apoyará a los rebeldes que operan en el territorio de cualquiera de los otros dos. Por su parte, el presidente de Ghana, John Kufuor, que ejerce la presidencia de turno de la Unión Africana, ha asegurado que el organismo podría aceptar una fuerza de paz fronteriza formada por tropas de la UA y la ONU.
Desde que comenzó el conflicto en Darfur, en febrero de 2003, han muerto más de 200.000 personas y 2,5 millones han huido de sus hogares. Como consecuencia de ello, hasta 200.000 darfurenses se encuentran refugiados en el este de Chad y los organismos internacionales han empezado a temer por su seguridad.
Recientemente, las milicias progubernamentales sudanesas Janjaweed atravesaron la frontera y causaron cientos de muertos y 110.000 desplazados en el este de Chad, una región cuya composición étnica es similar a la de Darfur: grupos árabes nómadas y grupos africanos sedentarios que compiten por el control de la tierra y de los acuíferos.
Fuentes de la BBC presentes sobre el terreno han asegurado que la violencia en Chad sigue los mismos parámetros que en Darfur, con ataques de los grupos árabes a lomos de camellos y caballos contra aldeas habitadas por africanos.
Una corresponsal de la cadena ha constatado la presencia de un grupo de Janjaweed en varias aldeas del este de Chad y se ha reunido con algunas de sus víctimas, entre ellas un joven al que arrancaron los dos ojos y una anciana que había sido duramente golpeada.