Cheney y Al Maliki admiten problemas en la operación de seguridad en Irak pero prometen seguir colaborando

Actualizado: miércoles, 9 mayo 2007 18:46


BAGDAD, 9 May. (EUROPA PRESS) -

El vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, y el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, reconocieron hoy que han surgido contratiempos en la campaña para reducir la violencia sectaria en Irak, pero prometieron seguir trabajando juntos para encontrar una solución.

"El encuentro con el vicepresidente (Cheney) ha puesto los cimientos para dar pasos prácticos que permitan trabajar tanto en el frente de la seguridad como en temas nacionales", señaló Al Maliki en una breve rueda de prensa en la que estuvo acompañado por Cheney.

Al Maliki se ha visto intensamente presionado por Washington para demostrar un descenso en la violencia sectaria, y la visita sorpresa de Cheney a Irak fue descrita por los funcionarios estadounidenses como un intento de presionar al primer ministro iraquí y otros dirigentes iraquíes para que hagan más esfuerzos en la reconciliación entre las diferentes facciones.

"Hablamos sobre el futuro de nuestros intereses mutuos", declaró Cheney, que realizó en Irak la primera escala en su viaje de una semana por Oriente Próximo para redoblar los esfuerzos encaminados a terminar con los enfrentamientos entre facciones étnicas de Irak.

El vicepresidente fue informado sobre la situación por el general David Petraeus, jefe de las fuerzas estadounidenses en Irak, y el nuevo embajador de Estados Unidos, Ryan Crocker. "Están ocurriendo muchas cosas. Es un momento muy importante, tenemos mucho de qué hablar", dijo Cheney tras reunirse con Petraeus y Crocker.

Petraeus indicó hace poco que la situación en Irak podría empeorar antes de mejorar y requerirá "un enorme compromiso" a largo plazo por parte de Estados Unidos.

Cheney se entrevistó además con el presidente iraquí, Jalal Talabani, un kurdo, los vicepresidentes suni y chií y otros funcionarios gubernamentales y líderes políticos. La visita se produce tras una videoconferencia mantenida esta semana entre Al Maliki y el presidente estadounidense, George W. Bush, sobre la necesidad de agilizar la legislación que permita mejorar las relaciones entre la mayoría chií y la minoría suni.