BEIIJING, 13 Dic. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Débora Altit) -
La antigua capital china de Nanjing, en el este del país, rememoró hoy con una ceremonia multitudinaria el 70 aniversario de la invasión de la ciudad por las tropas japonesas, que en apenas seis semanas causaron, a golpe de bayonetas y sablazos, la muerte de entre 200.000 y 300.000 personas.
Según informa la prensa china, cerca de 10.000 personas asistieron hoy a la inauguración de un monumento conmemorativo reformado y ampliado. Las autoridades hicieron sonar sirenas en la ciudad, pidiendo silencio en recuerdo de las víctimas.
Entre los asistentes se incluían algunos de los supervivientes aún con vida, escolares, religiosos y más de 400 extranjeros llegados desde países como Japón, Estados Unidos, Reino Unido o Israel, según 'Shanghai Daily".
La masacre de Nanjing, conocida también como "la violación de Nankin" --como se llamaba entonces la ciudad--, sigue siendo uno de los sucesos más dramáticos del siglo XX y menos conocidos en Occidente. La matanza representó el punto culminante de la brutal campaña expansionista que Japón llevó a cabo en Asia desde los años 30 hasta su derrota en la Segunda Guerra Mundial, en 1945.
Al ocupar Nanjing, capital entonces de China, las tropas japonesas se lanzaron con el consentimiento implícito e incluso explícito de sus superiores a una sangrienta carnicería de la que no se salvaron ni mujeres ni niños. La prensa japonesa se hizo entonces eco, con despliegue gráfico incluido, de las competiciones para cortar cabezas que llevaban a cabo sus soldados; las mujeres, mientras, eran violadas y mutiladas en masa.
Hoy, el rotativo oficial 'China Daily' recuerda en su portada, además, las palabras de un embajador japonés en Alemania jactándose de que las tropas niponas habían masacrado a medio millón de chinos antes de que tuviera lugar la ocupación de Nanjing, lo que daría a entender que la actuación japonesa fue mucho más funesta de lo que se ha calculado.
La falta de una disculpa pública lo suficientemente sincera, a juicio de China, por parte de Japón, que se ha negado además, de forma sistemática, a compensar económicamente a las víctimas de su política expansionista en Corea y China, y cuenta con un importante número de "revisionistas" que niegan el suceso, es uno de los principales escollos de las relaciones bilaterales entre los nipones y el gigante asiático.
Sus vínculos diplomáticos, no obstante, atraviesan en la actualidad un relativo momento "dulce" desde la subida al poder del ex primer ministro Shinzo Abe, y se espera que el actual 'premier', Yasuo Fukuda, continúe en la misma línea de acercamiento y visite próximamente el país vecino.
