BEIJING, 13 Nov. (De la corresponsal de EUROPA PRESS Débora Altit) -
El Ministerio de Salud de China ha anunciado que modificará la ley que prohíbe la entrada en el país de extranjeros con sida, según informa hoy el rotativo oficial 'China Daily'.
La decisión de reformar la ley, vigente desde 1994, obedece, según el Ministerio, a un "proceso gradual" en la actitud hacia la enfermedad del país asiático, que ahora tiene una visión distinta de la enfermedad, sus vías de transmisión y sus riesgos.
"El levantamiento de la prohibición ayudará a crear un entorno menos discriminatorio para los afectados de VIH o sida, que estarán más dispuestos a colaborar con las autoridades en labores de tratamiento y control", comentó Wu Zunyou, director del Centro Nacional para la Prevención y Control de Sida y Enfermedades Venéreas.
"Es un cambio correcto y significativo. Beneficiará a la cooperación internacional y acabará con la idea de la mayoría de los chinos de que el sida viene de los extranjeros", opinó por su parte Wan Yanhai, activista implicado en la concienciación pública con respecto al sida que ha llegado a ser detenido en alguna ocasión.
A la actualización de la norma, que el Ministerio no ha explicado cuándo entrará en vigor, también podría haber contribuido, según algunos expertos, las ayudas económicas recibidas por China de organizaciones como Global Fund, grupo especializado en la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria, y que recientemente donó al país 3,98 millones de euros.
De esta forma, los infectados con el virus del VIH podrán además asistir a las conferencias organizadas sobre el tema en el país asiático, al contrario de lo que ocurría hasta ahora.
Según los datos oficiales de 2005, en China existen 650.000 personas viviendo con el virus del sida. Las regiones sureñas del país, fronterizas con el llamado "triángulo de oro de la droga", Birmania, Tailandia y Laos, se encuentran entre las más afectadas por los contagios por vía intravenosa asociados al consumo de drogas. En la actualidad el 44,3% de los nuevos contagios se producen por esta vía, y el 43,6% por vía sexual.
La inhumana política de China con respecto a los extranjeros infectados del virus saltó a la prensa en verano de 2004, cuando un turista mexicano fue detenido por el departamento de cuarentena tras informar en los controles rutinarios a la entrada del país que era portador del VIH.
La ley, según denunciaron en aquél momento desde el consulado de México, sólo hablaba de prohibir la entrada a "gente con sida o enfermedades venéreas" y no especificaba nada sobre portadores del virus sin síntomas de la enfermedad, pero las autoridades chinas se mantuvieron en su argumento, que no diferenciaba entre ser portador y enfermo, y obligaron al mexicano a regresar a su país.
