China/R.Unido- El Supremo chino defiende la ejecución del británico porque "todas las personas son iguales ante la ley"

Actualizado: martes, 29 diciembre 2009 12:54

Akmal Shaij fue ejecutado hoy tras ser condenado por llevar algo más de 4 kilos de heroína pese a sus problemas mentales

PEKIN, 29 Dic. (EUROPA PRESS) -

El británico Akmal Shaij fue ejecutado este martes en Urumqi, capital de la región china de Xinjiang (noroeste) tras ser condenado por contrabando de drogas después de que el Tribunal Popular Supremo ratificara su sentencia y argumentara que "todas las personas son iguales ante la ley", refutando así las peticiones de clemencia del Gobierno británico y la familia del reo, que alegaban los problemas mentales que padece éste en su defensa.

Shaij, de 53 años, fue detenido en el aeropuerto de Urumqi en septiembre de 2007 en posesión de 4,03 kilos de heroína que había transportado desde Tayikistán y condenado a muerte en primera instancia por el Tribunal Popular Intermedio de Urumqi el 29 de octubre de 2008, siendo confirmado el veredicto ese mismo mes tras no prosperar las dos apelaciones que presentó.

En un comunicado emitido hoy por el Tribunal Supremo poco antes de la ejecución y recogido por la agencia oficial Xinhua, la corte insiste en que Shaij violó la Ley Penal de China al introducir grandes cantidades de heroína en su territorio, cometiendo un delito de contrabando de drogas que constituye un hecho de extrema gravedad.

Así pues, dado que la legislación penal establece la pena capital para toda persona que trafique con más de 50 gramos de heroína, el Supremo considera que la sentencia dictada por el Tribunal Popular Intermedio de Urumqi es apropiada. Asimismo, el tribunal destaca que este tipo de delitos tiene un "impacto muy negativo en la sociedad" y en el caso "China y otros países exige un castigo duro para ese tipo de crímenes".

Por otra parte, la Ley Penal de China "estipula que todas las personas son iguales ante la ley y nadie puede transgredir las normas" por lo que "los criminales deben ser castigados de acuerdo con las leyes al margen de su nacionalidad", insiste el Tribunal Popular Supremo.

Por último, el tribunal considera que "los derechos de litigio del acusado fueron protegidos y se garantizó el tratamiento legítimo del imputado durante su custodia y proceso judicial. En cuanto a la supuesta enfermedad mental alegada en defensa del acusado, el tribunal afirma que "los documentos que presentaron durante el juicio no demostraron el desorden mencionado, ni tampoco sus familiares poseían un historial médico en el que se incluyera mención alguna a la afección citada".

El propio imputado, prosigue el comunicado, tampoco facilitó materiales relacionados con la enfermedad mental que argüía como elemento atenuante. Así pues, concluye el Tribunal Supremo, "no hay ninguna razón para poner en duda las condiciones mentales del acusado".