BEIJING 27 Nov. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Débora Altit) -
China condenó hoy el anuncio del Dalai Lama de celebrar un referéndum para nombrar a un sucesor, bajo el argumento de que va contra la historia del pueblo tibetano.
Según declaró el Ministerio de Asuntos Exteriores, la "declaración del Dalai Lama es una violación flagrante de la práctica religiosa y el procedimiento histórico", consistente en la búsqueda de la reencarnación del Dalai Lama después de su fallecimiento.
El plan del Dalai Lama de designar a su sucesor antes de su muerte fue adelantado la semana pasada por la prensa japonesa, y también produjo una reacción furiosa, en términos similares, de Beijing.
Anteriormente a este anuncio el Dalai Lama ya había adelantado que no pensaba volver a reencarnarse (según la creencia budista, aquéllos que ya han llegado al nivel de "iluminación" o máxima perfección espiritual, como es el caso del Dalai Lama, siguen reencarnándose, si quieren, únicamente para ayudar a otros a avanzar en su desarrollo espiritual).
Pero el líder religioso tibetano también había indicado, en alguna otra ocasión, que sí pensaba reencarnarse nuevamente, aunque no lo haría en Tíbet; una afirmación con la que impedía que China intentase designar, tras su muerte, a un nuevo líder al que poder manejar.
"Cuando mi estado físico empeore, deberían tener lugar preparativos serios" para el referendum, declaró hoy el Dalai Lama, que cuenta en la actualidad con 72 años.
Con esta decisión el Premio Nobel parece haber encontrado la solución perfecta para asegurar la continuación de la protesta pacífica contra la ocupación china de Tíbet, ya que no sólo el cambio se producirá antes de su muerte, impidiendo un vacío en el poder, sino que, además, rebate los argumentos del Partido Comunista, que siempre han justificado su invasión de Tíbet como una "liberación" del pueblo del régimen feudal que lo aplastaba. Ahora, será Tíbet, y no China, quien cuente con un modelo representativo del pueblo.