PARIS, 2 Feb. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Aída Palau) -
Las emisiones de gas a la atmósfera causarán graves consecuencias para la Tierra, con un calentamiento del planeta de entre 1,8° y 4°C en el año 2100, según advirtió hoy el Grupo de Expertos Intergubernamental (IPCC), reunido en París, sobre el cambio climático en su informe final en el que se señala que el 90% de la responsablilidad recae en la acción humana.
El informe ha dejado claro que el hombre está modificando el clima con las emisiones de CO2 a la atmósfera con unas consecuencias irreversibles que se prolongarán durante un milenio. "Todos los elementos convergen para demostrar que la parte de responsabilidad del hombre en el recalentamiento de la tierra", afirmó Susan Solomon.
El aumento de las temperaturas, que en el escenario más pesimista podría ser de 6,3°C durante este siglo, se traducirá por la subida del nivel del mar de 18 a 59 centímetros de aquí a finales del siglo XXI debido al deshielo de los glaciares. Con el aumento del nivel de los océanos en 40 centímetros, 200 millones de personas deberán abandonar sus hogares.
Además, los científicos advierten de que "los ciclones tropicales futuros, así como los tifones y huracanes serán más intensos", según el informe final. A nivel global aumentará la frecuencia de las olas de calor y se producirán fuertes precipitaciones. Sin embargo en las zonas subtropicales esta tendencia se invertirá con una creciente desertificación.
Las perspectivas son peores que las que se presentaron en el informe de 2001 y es que los científicos subrayaron hoy que el calentamiento de la tierra se está acelerando. De los doce años más calurosos registrados desde el siglo XIX, once se han producido desde el año 1995.
En el caso de Francia, si estas previsiones se cumplen, el país sufrirá a partir del 2060, veranos como el de 2003 cuando la canícula dejó 15.000 muertos.
Lo positivo de este informe es que ahora se conoce mejor la realidad del recalentamiento de la Tierra con bases científicas para poder emprender acciones e invertir la tendencia. Una buena noticia para las ONG ecologistas que ahora tienen un documento científico en la mano para pedir el cambio de actitud de los Estados en su comportamiento.
