Crónica Afganistán.- La insurgencia se cobró en 2006 cerca de 700 muertos en Afganistán, según HRW

Asimismo, señala que las operaciones de las fuerzas afganas e internacionales se saldaron con al menos 230 civiles muertos

Europa Press Internacional
Actualizado: lunes, 16 abril 2007 13:30

MADRID, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -

Las muertes de civiles afganos como consecuencia de ataques insurgentes se han incrementado de forma dramática en los quince últimos meses, según denunció hoy la organización Human Rights Watch (HRW) en un informe, precisando que el 2006 fallecieron cerca de 700 personas en ataques obra en su mayoría de los talibán y del grupo Hezb-e-Islami. Por otra parte, las operaciones de las fuerzas afganas e internacionales en este país se saldaron con al menos 230 civiles muertos.

El informe, titulado 'El coste humano: consecuencias de los ataques insurgentes en Afganistán', se basa en decenas de entrevistas con víctimas civiles y en la revisión de documentos y registros disponibles y relata el fuerte incremento de los atentados con bomba y otros ataques perpetrados por los grupos insurgentes.

"Los atentados suicidas y otros ataques insurgentes han aumentado dramáticamente desde 2005, dejando sólo el año pasado casi 700 civiles fallecidos a manos de talibán y otros grupos de este tipo", indicó la directora de terrorismo y contraterrorismo de HRW, Joanne Mariner.

Asimismo, denunció que "los insurgentes están cometiendo cada vez más crímenes de guerra, a menudo atacando directamente a civiles". "Incluso cuando buscan atacar contra objetivos militares, los ataques insurgentes son a menudo tan indiscriminados que los civiles afganos terminan siendo la mayoría de las víctimas", añadió. Según la ONG, los ataques contra las fuerzas afganas e internacionales se lanzan sin respetar las vidas de los civiles.

Según este informe, 2006 es hasta la fecha el año más sangrientos para los civiles en Afganistán desde 2001. En total, al menos 669 civiles afganos murieron en al menos 350 ataques armados, la mayoría de los cuales aparentemente fueron lanzadas contra civiles u objetivos civiles. A estos se suman 52 civiles que han muerto en los dos primeros meses de 2007, según HRW.

ATAQUES TALIBAN CONTRA CIVILES

Los talibán, explica la organización internacional, han atacado de forma creciente a determinados grupos de civiles, entre ellos cooperantes, periodistas, médicos, responsables religiosos y empleados gubernamentales civiles, a los que han acusado de espías o colaboradores.

En 2006, al menos 177 civiles murieron asesinados, y emboscadas y ataques similares han continuado este año. Un ejemplo reciente fue el asesinato por los talibán del periodista Ajmal Naqshbandi y su conductor Sayed Agha, que según Mariner, constituyen "crímenes de guerra".

El informe de HRW contiene numerosos relatos de víctimas civiles y sus familiares sobre los ataques y sus consecuencias. Asimismo, describe cómo los insurgentes perpetran con frecuencia los atentados con bomba y suicidas contra objetivos militares en lugares muy concurridos y poblados, cobrándose víctimas civiles y militares sin distinción. Muchos afganos dijeron a la organización que no pueden entender por qué las fuerzas insurgentes eligen perpetrar sus ataques en zonas civiles.

Por otra parte, el informe pone de relieve que los ataques insurgentes se están cometiendo cada vez más fuera del sur y el sureste del país, bastión tradicional de los talibán. Así, en 2006, casi un tercio de los atentados con bomba mortales se produjeron en otras zonas, incluido Kabul, la ciudad de Mazar-i-Sharif (norte) y la de Herat (oeste).

Además, este tipo de ataques se duplicaron el año pasado con respecto a 2005. Según HRW, se produjeron casi 200 atentados con bomba en 2006 que dejaron cerca de 500 muertos. Muchos de estos ataques fueron ilegales en virtud del Derecho Internacional, ya que tenían objetivos civiles que no servían para fines militares como escuelas, autobuses o mercados; mataron a combatientes y civiles sin distinción, y su fin último parecía ser el provocar terror entre la población. Todos estos métodos son ilegales de acuerdo con las leyes de la guerra, resalta HRW.

LOS ATENTADOS SUICIDAS SE MULTIPLICAN POR SEIS

Especialmente mortíferos para los civiles han sido los atentados suicidas, que en 2006 ascendieron a al menos 136, lo que representa un aumento en seis veces respecto a las cifras del año anterior. Al menos 112 de estos ataques fueron contra objetivos militares, si bien en su mayoría mataron a más civiles que a militares. Sin embargo, indica HRW, aproximadamente 20 de ellos tuvieron su objetivo intencionado en la población civil.

Los atentados suicidas se cobraron el año pasado la vida de al menos 272 civiles afganos y de 37 miembros de las fuerzas gubernamentales e internacionales, es decir, destaca HRW, mataron ocho veces más a civiles que a uniformados. Según el informe, aunque los atentados terroristas no son ilegales en sí en virtud de las leyes de la guerra, la mayoría de los que se llevan a cabo en Afganistán sí lo son.

En este sentido, indica que a menudo los suicidas no atentan contra su objetivo militar sino que estallan sus explosivos provocando víctimas indiscriminadas civiles y en numerosas ocasiones actúan vestidos de civil, lo que viola las prohibiciones legales contra la "perfidia" que estipulan que se debe distinguir entre los civiles y los combatientes durante la guerra.

Por otra parte, el informe indica que se han duplicado los ataques contra profesores y alumnos, en especial contra las escuelas femeninas, lo que ha obligado a miles de escolares a abandonar las aulas. Según HRW, los talibán y otros grupos insurgentes atentan contra las escuelas por motivos ideológicos, ya que consideran que no son islámicas.

OPERACIONES DE FUERZAS AFGANAS E INTERNACIONALES

Asimismo, el informe de HRW hace hincapié en que las operaciones de las fuerzas afganas y las fuerzas internacionales desplegadas en Afganistán también han provocado numerosas bajas entre los civiles. Según el recuento hecho por esta organización, al menos 230 civiles murieron durante operaciones de la coalición que lidera Estados Unidos o de la OTAN, algunas de las cuales aparentemente violaron las normas de guerra.

Aunque no hay pruebas, señala HRW, de que las fuerzas de la coalición intencionadamente atacaran a civiles, en algunos casos llevaron a cabo operaciones sin tomar las precauciones adecuadas para evitar perjudicar a la población civil.

Según HRW, la continuada inseguridad y el conflicto armado en Afganistán están contribuyendo a los ya de por sí bajos niveles de gobierno y de asistencia para el desarrollo y a que se mantenga un alto nivel de desplazados. "Muchos afganos están luchando literalmente para sobrevivir", destacó Mariner, incidiendo en que "los crecientes ataques insurgentes contra civiles, especialmente empleados gubernamentales y humanitarios, están empeorando las cosas".

PETICIONES

Por último, HRW pidió a los talibán, a Hezb-e-Islami, y a otros grupos vinculados que cesen todos sus ataques intencionados contra civiles y objetivos civiles y eviten los ataques que no diferencien entre civiles y militares o puedan provocar daños indiscriminados a civiles. Asimismo, le instó a evitar utilizar ataques 'pérfidos' y a cesar todos los ataques que busquen sembrar el terror entre los civiles.

Al Gobierno de Afganistán la organización pro Derechos Humanos le pidió que adopte acciones efectivas contra las fuerzas insurgentes que se encuentran en la frontera y que utilizan territorio paquistaní para preparar o planear ataques que violan las leyes de la guerra. Y a las fuerzas afganas e internacionales les reclamó mejores reglas de compromisos que minimicen las víctimas civiles durante los enfrentamientos como el situar sus bases más alejadas, evitar el paso de convoyes por zonas muy pobladas y el mejorar la respuesta ante ataques insurgentes para evitar alcanzar por error a civiles.

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