Crónica Chipre.- La República de Chipre prevé el reinicio de las negociaciones tras el derribo de un muro en Nicosia

Actualizado: sábado, 17 marzo 2007 13:14

Considera la retirada de las tropas turcas de la isla como una condición 'sine qua non' para solucionar la división de la isla

NICOSIA, 17 Mar. (del enviado especial de EUROPA PRESS, Ildefonso González) -

Las autoridades grecochipriotas se han mostrado esperanzadas de que el reciente derribo de un muro de separación en el casco histórico de Nicosia constituya un signo alentador para que "muy pronto" se retomen las negociaciones tendentes a la reunificación de la isla. Sin embargo, han dejado claro que Ankara, y sobre todo el Ejército turco, que mantiene a unos 43.000 soldados en el norte de Chipre, es la principal culpable de que el proceso no avance lo deseado.

"Hay importantes puntos que nos hacen tener esperanzas de que muy pronto va a comenzar un nuevo proceso que prepare el terreno a nuevas negociaciones", señaló en una entrevista a Europa Press la máxima responsable para el problema de Chipre del Ministerio chipriota de Asuntos Exteriores, Erato Kozakou-Marcoullis.

La noche del jueves 8 de marzo, funcionarios municipales grecochipriotas tiraron abajo la emblemática pared, situada en la comercial calle de Ledra, por orden del presidente de la República, Tassos Papadopoulos. La decisión pilló por sorpresa a la prensa internacional y a la mayoría de los habitantes de Nicosia, conocida como la última capital dividida de Europa, pero no a los actores implicados en el problema que vive Chipre desde que el Ejército turco invadiera su parte norte en 1974. De hecho, fuentes de la Fuerza de Mantenimiento de la Paz de la ONU en Chipre (UNFICYP, en sus siglas en inglés) declararon a Europa Press que "mucha gente se estaba imaginando que iba a ocurrir algo en la calle Ledra".

El Gobierno chipriota presentó hace casi tres años una propuesta para la apertura de ocho puntos de paso en la conocida como 'Línea Verde', que parte la isla en dos --el norte de mayoría turcochipriota y el sur de mayoría grecochipriota-- y pasa por Nicosia. Uno de ellos era el de la calle Ledra, pero la construcción en 2005 de un puente peatonal en la parte turcochipriota dio al traste con las intenciones de la República de Chipre. Su demolición, el pasado enero, reactivó los planes de Papadopoulos. El muro cayó, siendo sustituido por una mampara de metacrilato, y dos días después, se procedió también a desmontar el paso de Pyrgos-Limnitis, situado a unos 45 kilómetros al noroeste de Nicosia.

Aunque las autoridades grecochipriotas continuarán con su política de abrir los ocho puntos de paso en los próximos meses, ninguno de ellos se podrá cruzar hasta que los soldados turcos se retiren de las inmediaciones y, como ocurre en la calle de Ledra, se restauren los edificios y se retiren las minas que se cree que hay en la zona desde hace 33 años.

MEDIDA "UNILATERAL"

Se trata de una medida "unilateral", que no responde a ninguna presión internacional y que busca unir a las dos comunidades y, por ende, a Nicosia y la isla entera, como bien se empeña en subrayar Kozakou-Marcoulis. A la también embajadora le sienta muy mal que le pregunten por las razones de su Gobierno para reunificar Chipre si los ciudadanos grecochipriotas se opusieron, en un referéndum en 2004, al plan diseñado al efecto por el entonces secretario general de la ONU, Kofi Annan.

En su opinión, los miembros de su comunidad rechazaron el "Plan Annan" en la medida en que legitimaba la presencia del Ejército turco en la isla. Su salida es considerada una condición 'sine qua non' para que el problema de la división avance hacia una solución negociada. "El señor (Mehmet Alí) Talat --presidente de la autoproclamada República Turca del Norte de Chipre, RTNCH-- está maniatado", afirmó. Según Kozakou-Marcoulis, "la mayoría de las decisiones se toman en Ankara. La llave está, por tanto, en Ankara y, especialmente, en manos del Ejército turco".

Su punto de vista es compartido por muchos grecochipriotas. "Quiero que todos los soldados se vayan de Chipre. La gente no tiene nada que ver con la separación. El único problema es la ocupación", opina Ianti Theochavides, una poetisa de 69 años que vive junto a la calle Ledra. Mientras, Edurne, una camarera colombiana que vive desde hace dos décadas en Nicosia, estima que "los turcos son malos porque ocupan el norte del país" y se muestra furiosa cuando recuerda que, "por su culpa", su hijo tendrá que hacer el servicio militar obligatorio cuando cumpla los 18 años.

Además del Ejército, está el problema de los miles de colonos turcos asentados en el norte de la isla, unos 165.000 según las cifras grecochipriotas. "Así, por cada turcochipriota, hay dos ciudadanos turcos", denuncia la embajadora, que opina que "cuantos más colonos se vayan, mejor".

APOYO A TURQUIA EN LA UE

Sin embargo, Kozakou-Marcoulis es bastante moderada en sus reflexiones e incluso aboga por el ingreso de Turquía en la Unión Europea (UE). "No es una decisión fácil teniendo en cuenta la ocupación del norte de Chipre y la violación de los Derechos Humanos. Pero la apoyamos con la esperanza de que a través de este proceso de adhesión y al final del mismo tengamos una Turquía completamente transformada", considera.

Aunque ha pasado ya una generación, todavía quedan vivos muchos rencores entre turcochipriotas y grecochipriotas. Los conflictos intercomunitarios en la década de 1960 y la guerra de 1974 dejaron unas cifras escalofriantes: 200.000 refugiados, 265.000 desplazados y unos 2.000 desaparecidos.

Con todo, las dos partes están trabajando para superar las lacras del pasado. Por ejemplo, antropólogos y forenses de ambas comunidades y de Argentina se pusieron de acuerdo el año pasado para acometer las primeras excavaciones y exhumaciones de miles de cadáveres que quedaron enterrados en fosas comunes. Asimismo, líderes grecochipriotas y turcochipriotas acordaron este mismo mes la organización conjunta de eventos culturales y deportivos.

Por otra parte, los turcochipriotas que viven en la República de Chipre gozan de los mismos derechos que los grecochipriotas en su calidad de ciudadanos de la Unión Europea desde el 1 de mayo de 2004. Muchos de ellos se beneficiaban incluso desde antes de asistencia sanitaria y educación gratuita, recuerda Kozakou-Marcoulis.

A nivel militar y político las desavenencias entre las dos comunidades son mayores. "Con respecto al Ejército, no hay conversaciones directas. Las Fuerzas Armadas turcas y la Guardia Nacional grecochipriota sólo se reúnen bajo los auspicios de Naciones Unidas", recuerda la alta funcionaria.

Y, en cuanto a las relaciones entre Nicosia y Ankara, éstas se encuentran prácticamente paralizadas dado que al Gobierno turco no le interesa negociar en un año marcado por dos elecciones, unas presidenciales en mayo y otras legislativas en otoño. A pesar de ello, existen grupos de trabajo integrados por expertos de ambas comunidades "que preparan el terreno" para las conversaciones futuras.

En las mismas, España puede desempeñar un papel de primer orden, dado que nuestro país se organiza en base a un sistema federal, en opinión de la embajadora. "Definitivamente, creemos que España, como parte de la UE y como un país federal, puede contribuir mucho a la solución del problema de Chipre. Esperamos que tenga un papel activo cuando empiecen las negociaciones bajo los auspicios de la ONU", concluye.