Crónica Irak.- Blair defiende su decisión de participar en la invasión de Irak y asegura no tener remordimientos

Actualizado: viernes, 29 enero 2010 20:49

Asegura que no garantizó a Bush ya en 2002 que Reino Unido participaría en una guerra

LONDRES, 29 Ene. (EUROPA PRESS) -

El ex primer ministro británico Tony Blair defendió este viernes con firmeza su decisión de apoyar la invasión de Irak en 2003, asegurando que no fue algo que hubiera acordado ya de antemano en 2002 con el entonces presidente estadounidense, George W. Bush, y que de no ser porque recibió garantías de que era legal no habría dado luz verde. Asimismo, explicó que tras el 11-S cambió de idea respecto a Sadam Husein, a quien calificó de "monstruo" y aseguró que no lamenta haberle derrocado.

"Esto no tiene que ver con una mentira o una conspiración o un engaño o una decepción. Se trata de una decisión", se defendió Blair, que en algunos momentos de su intervención pareció algo nervioso y al que siguieron atentamente en la sala familiares de 179 soldados británicos fallecidos en Irak.

"La decisión que tuve que tomar, dado el historial de Sadam, dado su uso de armas químicas, dado el más de un millón de muertes que había causado, dados los diez años de violar las resoluciones de la ONU, era si podíamos asumir el riesgo de que este hombre reconstruyera sus programas de armamento o si se trataba de un riesgo que sería irresponsable asumir", afirmó.

"Creo que (...) hicimos lo correcto no corriendo ese riesgo", defendió, insistiendo en que sigue estando convencido de que Sadam pretendía reanudar su programa de armas de destrucción masiva pese a que nunca se encontraran dichas armas.

Según explicó, los atentados del 11-S por parte de Al Qaeda le hicieron cambiar su forma de pensar en cuanto a la forma de hacer frente al problema que planteaba Irak. "Hasta el 11-S pensábamos que (Sadam) era un peligro pero pensábamos que merecía la pena intentar contenerle" pero tras los atentados "el cálculo del riesgo cambió", indicó.

En este sentido, aunque, según él, en todo momento insistió a Washington en que "Sadam y Al Qaeda son dos cosas distintas", reconoció que le preocupaba que "en un momento dado estas dos cosas pudieran unirse".

ARMAS DE DESTRUCCIÓN MASIVA

El presidente iraquí había usado armas de destrucción masiva y violado las resoluciones de la ONU en esta materia por lo que "teníamos que hacer frente a sus ambiciones" de este tipo de armamento, dijo. El primer ministro aseguró que en función de la información que tenía estaba "fuera de duda" que Irak seguía desarrollando su capacidad armamentística, si bien reconoció que "las cosas parecen bastante diferentes" ahora que no se han encontrado las armas.

Asimismo, negó que hubiera apoyado la invasión de Irak incluso aunque hubiera sabido que Bagdad no tenía armas de destrucción masiva, como pareció dar a entender en una entrevista en la BBC. Lo que quiso decir, explicó, es que "uno no describiría la naturaleza de la amenaza de la misma manera si hubiera sabido entonces lo que sabe ahora, que los datos de Inteligencia sobre armas de destrucción masiva eran erróneos".

Por otra parte, Blair negó tajantemente, como habían apuntado algunos de los testigos en la investigación, que en el encuentro que mantuvo con Bush en su rancho de Texas en abril de 2002 ya había respaldado la invasión. "El único compromiso que di, y lo di abiertamente, fue el compromiso de que había que abordar el tema de Sadam", afirmó.

"Lo que le dije al presidente Bush es 'estamos con vosotros en hacer frente a esta amenaza'", aclaró. "Si eso significa un cambio de régimen, que así sea", fue el mensaje que trasladó a Bush. En este sentido, dijo que entonces creía que si fallaba la vía de la ONU, había que hacer frente igualmente al peligro que suponía Irak.

Preguntado sobre qué impresión se llevó Bush, según él, de aquel encuentro, Blair dijo que el presidente estadounidense "se llevó la impresión que exactamente tenía que llevarse, que si se llegaba a la acción militar porque no había otro modo de abordar esto diplomáticamente, nosotros estaríamos con él".

LEGALIDAD DE LA GUERRA

Por otra parte, el ex primer ministro dedicó buena parte de su intervención, que se prolongó por más de seis horas, a defender la legalidad de la guerra y reconoció que fue "una gran responsabilidad" decidir invadir Irak en marzo de 2003. "No hay un solo día que pase en el que no piense y reflexione sobre esta responsabilidad", aseguró a los cinco miembros de la investigación que preside Sir John Chilcot.

En este sentido, reconoció que la opinión del fiscal general de la época, Lord Peter Goldsmith, avalando la legalidad de la invasión, fue determinante en su decisión. Precisamente, esta semana Lord Goldsmith explicó a la comisión investigadora que aunque inicialmente pensó que una acción militar no sería legal, finalmente la avaló.

"Si Peter (Lord Goldsmith) hubiera dicho 'esto no sería justificable legalmente', habríamos sido incapaces de emprender la acción", aseguró Blair. "Mucho dependía de esa decisión, por tanto era importante que fuera del fiscal general y que se hiciera de un modo que nosotros consideramos adecuado y correcto", agregó.

Blair reconoció que la cuestión generaba división entre los miembros de su gabinete, algunos de los cuales eran partidarios de lograr una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, y aclaró que en un momento dado Bush le dijo que si "era demasiado complicado para Reino Unido" entendería que no participara en la invasión. Pero, señaló, "lo correcto era que nosotros estuviéramos con Estados Unidos ya que nosotros también creíamos en esto".

NINGÚN PESAR

Para cerrar las seis horas que duró su intervención, el ex primer ministro quiso dejar claro que aunque lamentaba que la decisión hubiera generado división, no tiene remordimientos sobre la guerra. "Si hubiéramos dejado a Sadam en el poder, incluso sabiendo lo que sabemos ahora, todavía habríamos tenido que enfrentarnos a él", subrayó.

"Lamento que generara división" pero "si se me pregunta si Irak está mejor, creo que en el futuro, si se convierte en el país que su pueblo quiere ver, podremos mirar atrás con un inmenso sentido de orgullo", aseveró. "Siento responsabilidad pero ningún pesar por haber derrocado a Sadam Husein, creo que era un monstruo, creo que era una amenaza no sólo para la región sino para el mundo", añadió.

"En las circunstancias a las que nos enfrentábamos era mejor hacer frente a su amenaza y sacarle del poder. El mundo es mejor como resultado de ello", afirmó convencido.

PROBLEMAS DE MATERIAL

El ex primer ministro también tuvo que responder a preguntas sobre los problemas de material y equipos adecuados a los que se enfrentaron los soldados británicos en Irak. "No creo que rechazara una petición de dinero o de material en ningún momento cuando era primer ministro", aseveró.

"Si alguien hubiera venido y me hubiera dicho que no es seguro hacer esto por la falta de preparación militar adecuada, me lo habría tomado muy en serio", aseguró. "Pero no lo hicieron y siguieron adelante con ello y lo hicieron magníficamente, como siempre hacen", añadió, en referencia a las fuerzas armadas británicas.

Mientras se producía la esperada comparecencia de Blair, cientos de manifestantes protestaban en el exterior del edificio contra la guerra en Irak. Los manifestantes leyeron los nombres de los soldados británicos caídos en este país y pintaron sus manos de rojo para simbolizar la sangre derramada.

Además, portaron pancartas en algunas de las cuales se podía leer 'Bliar', un juego de palabras con el nombre del ex primer ministro y el término inglés para la palabra 'mentiroso', 'liar'.