Crónica Irak.- Un diplomático estadounidense admite que la Embajada estadounidense y Blackwater se protegen mutuamente

Actualizado: sábado, 22 septiembre 2007 13:47

El Ministerio del Interior iraquí concluye que nadie provocó a los guardias de la firma de seguridad estadounidense

MADRID, 22 Sep. (EUROPA PRESS) -

La Embajada estadounidense en Bagdad y la firma de seguridad privada Blackwater USA, cuyos agentes son los presuntos responsables del asesinato de once iraquíes en Bagdad, estarían protegiéndose mutuamente con un "muro de silencio", según indicó un diplomático estadounidense bajo condición de anonimato. Sin embargo, la postura del Gobierno iraquí, cuyo primer ministro, Nuri al Maliki, denunció otros seis tiroteos con agentes de Blackwater implicados, podría obligar a las autoridades norteamericanas en Irak a revisar su política hacia estas empresas que gozan de inmunidad jurídica.

Esta fuente aseguró en declaraciones al diario estadounidense 'Los Angeles Times' que varios de los incidentes denunciados por Al Maliki fueron investigados, pero que las conclusiones no se han divulgado, con lo que no se ha perjudicado a la firma con sede en Carolina del Norte.

"Como todo concernía a la seguridad se llevó con un gran secretismo", indicó en referencia a la relación entre la sección de seguridad de la Embajada estadounidense y Blackwater. "Es como la pescadilla que se muerde la cola. Se protegen mutuamente. Cuidan los unos de los otros. No sé si es positivo este muro de silencio, pero cuando protege a los culpables se trata definitivamente de algo negativo", dijo.

Al Maliki enumeró seis casos de tiroteos en los que estaría implicada la empresa estadounidense desde que comenzara a trabajar como contratista en Irak, en 2003, y exigió que Blackwater, responsable de la seguridad de los diplomáticos estadounidenses de alto rango en Irak, fuera reemplazada. Sin embargo, la Embajada estadounidense indicó que esperaría al resultado de la investigación para adoptar una postura.

Tanto desde Blackwater como desde la administración estadounidense se han rebatido las acusaciones de las autoridades iraquíes y aseguran que los guardias de seguridad de Blackwater fueron atacados mientras protegían a funcionarios del Departamento de Estado norteamericano.

"El convoy fue atacado. Los disparos fueron el resultado de una acción defensiva", declaró un portavoz del Departamento de Estado, Tom Casey. Sin embargo, ni Washington ni Blackwater han respondido sobre los otros seis tiroteos mencionados por Al Maliki.

INFORME IRAQUÍ

La postura de Estados Unidos contrasta con las conclusiones de la investigación del Ministerio del Interior iraquí, que apunta a que los guardias de Blackwater dispararon sin provocación alguna contra civiles iraquíes que se encontraban en sus vehículos en la Plaza Nisur, en Bagdad.

El documento recomienda que las decenas de empresas de seguridad extranjeras que operan en el país deberían ser reemplazadas por compañías iraquíes. "Recomendamos reemplazar en el futuro a todas las impresas de seguridad extranjeras por empresas de seguridad iraquíes. Estas empresas estadounidenses se establecieron en un momento en el que no había autoridad ni Constitución", indica el texto.

También recomienda que sea derogada la ley que garantiza la inmunidad. La Orden 17 que establece la impunidad de los trabajadores de empresas privadas de seguridad extranjeras fue aprobada por el administrador estadounidense para Irak, Paul Bremer, en junio de 2004, el día anterior de la entrega oficial de la soberanía a un Gobierno interino iraquí.

El informe del Ministerio del Interior emplaza además a que Blackwater pague indemnizaciones a las familias de los fallecidos.

"Los ciudadanos sintieron vejada su dignidad en la Plaza Nisur", afirmó el ministro del Interior iraquí, Jawad al Bolani, en una entrevista concedida a 'The New York Times'. Los iraquíes "miran al Estado y se preguntan si podrá devolverles sus derechos", añadió.

"Es importante que la empresa muestre su respeto a la ley, a la ley iraquí. Los ciudadanos iraquíes necesitan ver un buen comportamiento, sobre todo cuando (las empresas de seguridad extranjeras) operan en suelo iraquí", dijo.

En cualquier caso, ayer mismo se reanudaron de forma "limitada" los convoyes con personal diplomático bajo la protección de Blackwater. Estos convoyes sólo operarán en misiones esenciales, explicó la portavoz de la Embajada estadounidense, Mirembe Nantongo.

La portavoz rechazó comentar el resultado del informe del Ministerio del Interior iraquí. "Estamos esperando a los resultados de una investigación que se lleva a cabo tan rápidamente como podemos", indicó.

La decisión de suspender los convoyes del pasado martes provocó que la mayoría de los funcionarios estadounidenses quedaran recluidos en la Zona Verde y que sólo se pudieran trasladar en helicóptero, un indicio que revela lo dependiente que es el Departamento de Estado de la protección de Blackwater.

4.600 EN OPERACIONES DE COMBATE

En abril, el Departamento de Defensa cifró en 129.000 los contratistas --procedentes de distintas nacionalidades-- operativos en Irak. De ellos, unos 4.600 participan en operaciones de combate, entre ellas, labores de escolta a convoyes de suministro o de oficiales extranjeros, sobre todo estadounidenses.

Blackwater, empresa dirigida por un antiguo comandante de la Marina SEAL. Está entre las compañías de seguridad privada más grandes del mundo, y emplea, sólo en Irak, a unos mil guardias de seguridad.

Los guardias de seguridad de empresas extranjeras se han visto implicados con frecuencia en incidentes en los que se les acusan de disparar indiscriminadamente contra tropas estadounidenses e iraquíes o contra civiles que se aproximaron en exceso a sus convoyes. Sin embargo, ninguno ha sido procesado formalmente.

La pasada Nochebuena, un empleado ebrio de Blackwater USA abatió a un guardaespaldas del vicepresidente iraquí, según fuentes oficiales estadounidenses e iraquíes. El agresor fue devuelto a Estados Unidos, con la ayuda de otros empleados de la firma privada y la Embajada estadounidense, aunque fue despedido de la compañía. Según su portavoz, Anne Tyrrell, el ex empleado de Blackwater está cooperando con la investigación judicial de los hechos.

Blackwater opera desde hace mucho tiempo al margen del control del Ejército estadounidense, trabajando directamente con la sección de seguridad de la Embajada. Desde el Ejército han expresado en varias ocasiones su descontento con el comportamiento de los guardias de Blackwater, a los que ven como renegados. "Tenemos que pagar por sus indiscrecciones día tras día", afirmó un oficial estadounidense bajo condición de anonimato.

La opinión de la policía iraquí no es mucho mejor. "No tienen carnet de conducir. No tienen nombres. Nadie sabe quiénes son. Si son preguntados, responden con chulería", dijo un portavoz del Ministerio del Interior iraquí, el general Abdul Kareem Jalaf.