Crónica Irán.- Los candidatos a la presidencia iraní endurecen su discurso a menos de una semana de las elecciones

Actualizado: domingo, 7 junio 2009 23:53

Musavi y Ahmadineyad participan en un intenso debate televisado, el primero de la historia del país

MADRID, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -

A menos de una semana para las elecciones, los candidatos a la Presidencia de Irán han endurecido su retórica aprovechando las innovaciones introducidas en la campaña electoral, en particular la retransmisión del primer debate televisado de la historia de la República Islámica y que enfrentó al actual presidente, Mahmud Ahmadineyad, con el candidato reformista Mir Husein Mousavi.

Los resultados del debate, como suele suceder en estos escenarios, varía dependiendo de a quién se pregunte. Para los partidarios de Ahmadineyad, el exaltado discurso del presidente cogió por sorpresa a un inexperto Musavi quien, de acuerdo con sus seguidores, puso el dedo en la llaga al condenar la postura radical adoptada por su rival y que ha conducido a Irán al aislamiento internacional, escondiendo la grave crisis económica en la que se encuentra sumida el país, una cuestión de enorme peso de cara a estos comicios, dado que la política energética iraní podría cambiar significativamente en el caso de un cambio de Gobierno.

Hay que tener en cuenta que el ganador de los comicios deberá ser ratificado por la que es, en realidad, la considerada máxima autoridad del país: el gran ayatolá Alí Jamenei, quien debe otorgar su respaldo personal al presidente.

Sin embargo, parece poco probable que la que es la máxima autoridad política, religiosa y moral de la República Islámica rechace el resultado de los comicios: a pesar de la enorme influencia que ejerce, el propio Jamenei está sujeto a las opiniones de la poderosísima élite comercial del país, los Bazaaris, factor esencial en el derrocamiento del Sha en 1979 y en la instauración de la actual República Islámica.

Para el reportero de la BBC, John Leyne, "Irán se vanagloria de ser el país más democrático de la región, pero es una denominación que merece ser examinada cuidadosamente". A las elecciones sólo comparecen cuatro candidatos de los 475 registrados, 42 de ellos mujeres, cuyas propuestas fueron sumariamente descartadas por el Consejo de los Guardianes.

EL DEBATE

Ahmadineyad comenzó el debate con ganas. En menos diez minutos, declaró a su país "víctima de una campaña de desprestigio sin precedentes" a cargo de los reformistas a los que consideró como "elementos ajenos a la Revolución Islámica", como el ex presidente Hasemi Rafsanyani, autoproclamados "propietarios de la nación y dictadores del pueblo".

Musavi adoptó una postura a medio camino entre la tranquilidad y la sumisión. Habló del peligro que se cierne sobre Irán, un país guiado por la "inestabilidad, las ilusiones, la superficialidad, y los mitos heroicos para crear una cultura dictatorial que había insensibilizado a los iraníes", según los comentarios recogidos por el magazín 'Time'.

Ahmadineyad respondió acusando a los hijos de Rafsanyani de emplear el nombre de la familia para enriquecerse, que acompañó de una insinuación velada sobre la verdadera profesión de la esposa de su rival. En la sociedad iraní, denunciar en público a un alto funcionario con nombre y apellidos es considerado tabú.

Enardecido por los comentarios, Musavi adujó que la retórica agresiva de Ahmadineyad sólo ha contribuido a fortalecer la posición de los grupos de presión proisraelíes en Estados Unidos, dificultando la política de acercamiento del presidente Barack Obama.

Precisamente, Ahmadineyad atribuyó a su línea de acción el hecho de que "Estados Unidos haya abandonado su intención de derrocar" el régimen actual.

El debate generó reacciones polarizadas e instantáneas. Nada más terminar el careo, cientos de miles de iraníes salieron a la calle para proclamar vencedor a su candidato. "Doctor Ahmadineyad, Musavi está encima de ti", respondido por los seguidores del presidente: "El debate fue mantenido, Musavi fue destruido".

"Ahmadineyad jugó sucio, manchó públicamente el nombre de Hasemi", declaró un seguidor del candidato reformista. Un compañero suyo, no obstante, se mostró decepcionado por la actuación de su candidato. "Musavi parecía en estado de shock, no se esperaba que Ahmadineyad pegara tan duro", lamentaba Ata Hosseinian.

La comparecencia de Ahmadineyad garantizó el apoyo de algunos de sus seguidores ("la gente debería saber a qué se dedica realmente Musavi", declaró un partidario del presidente), pero terminó alienando a otros. "Quedó particularmente feo que se metiera con la señora de Musavi, que es una mujer honorable que ha servido al país. Me gustaba Ahmadineyad, pero el rostro que exhibió la pasada noche me decepcionó bastante", declaraba un estudiante.

RESTRICCIONES

El análisis efectuado por la cadena estadounidense BBC traslada la sospecha que las elecciones podrían ser manipuladas para favorecer a Ahmadineyad. En particular se cree que la milicia del Gobierno, la Guardia Revolucionaria, y los funcionarios públicos podrían verse "animados" a votar por Ahmadineyad.

La mayoría de los diarios son partidarios del Gobierno y la televisión es de carácter estatal. Sin embargo, y a pesar de que Reporteros Sin Fronteras sitúa a Irán en los últimos puestos de su clasificación de países según su respeto a la Libertad de Prensa, los cuatro candidatos comparecientes han disfrutado del mismo tiempo para promocionar su programa político.

ENERGÍA

La elección presidencial de Irán del 12 de junio puede marcar un pequeño paso hacia el retorno del dinero de las grandes petroleras al sector energético del país, pero podrían pasar años antes de que la inversión ingrese libremente.

Irán alberga las segundas reservas mundiales de petróleo y gas, una perspectiva que hace agua la boca de las firmas internacionales ansiosas por acceder a los yacimientos de Oriente Medio, pero Teherán no ha firmado un contrato importante con una petrolera occidental grande en años, ya que la presión política por su programa nuclear las mantiene fuera.

"Si se es una firma petrolera, Irán es demasiado grande como para ignorarlo", dijo el consultor de energía Mehdi Varzi. "Uno desea involucrarse, pero si tu gobierno dice que no, simplemente uno no puede", agregó.

El presidente estadounidense, Barack Obama, ha dicho que espera una nueva relación con Irán, lo que ha incrementado las perspectivas de que las petroleras estadounidenses, a las que por mucho tiempo se les ha prohibido trabajar en el país, puedan regresar. No existe garantía de que las elecciones tengan como consecuencia un progreso en la disputa nuclear ni de que se reduzcan las sanciones, ambas necesidades de las grandes petroleras.

"No preveo inversiones de miles de millones de dólares en Irán de compañías occidentales a corto plazo (...). La eliminación de las sanciones no sucederá de un día para el otro, más allá de quién sea electo presidente", dijo Julia Nanay, analista de la consultora PFC Energy.