Crónica Israel(2).- Liberman se deja querer mientras Livni y Netanyahu buscan apoyos para formar gobierno

Actualizado: miércoles, 11 febrero 2009 22:11

Tanto Kadima como Likud descartan la formación de una coalición en la que haya un primer ministro rotatorio

JERUSALEN, 11 Feb. (EUROPA PRESS) -

El líder del ultraderechista Yisrael Beitenu, Avigdor Lieberman, se ha convertido en el gran protagonista de las elecciones generales de ayer, no por ser el vencedor, sino porque los quince escaños obtenidos por su partido se han convertido en claves para la formación de un gobierno de coalición. Así las cosas, tanto la líder del Kadima, Tzipi Livni, ganadora virtual de la votación, como el líder del Likud, Benjamin Netanyahu, que quedó en segunda posición, se apresuraron a reunirse con él para buscar su apoyo.

Esta mañana, Lieberman se reunió con Livni y los dos se comprometieron a seguir hablando. "La población decidió y estableció a quién quiere ver como primer ministro. Esta es una oportunidad para la unidad que puede promover cuestiones que son importantes para vosotros también", declaró Livni tras el encuentro con Lieberman.

Por su parte, el líder del Yisrael Beitenu no quiso entrar a valorar el encuentro, precisando que cuando su partido aclare su posición la dará a conocer, si bien insistió en la importancia de que se forme un gabinete que pueda "tomar decisiones" cuanto antes, tras casi medio año de parálisis política.

No obstante, no descartó entrar en una coalición encabezada por Livni, si bien aclaró que primero comprobará la "postura sobre las cuestiones que nos preocupan" que tienen tanto la ministra de Exteriores como Netanyahu. Según Lieberman, la ambición de Yisrael Beiteinu es "contribuir a formar un gobierno lo antes posible". "Intentaremos hacer todo lo posible para que el pueblo de Israel pueda mirar hacia un mejor futuro", agregó.

Tras el encuentro de esta tarde entre Netanyahu y Lieberman, el diputado del Yisrael Beitenu Isaac Ahronovich dijo que su partido no descarta recomendar al presidente israelí, Simon Peres, que encomiende a Livni la tarea de formar gobierno. "Todavía no hemos tomado una decisión sobre a quién recomendaremos y no descartamos a ningún candidato sionista", explicó.

El partido ha encargado al diputado Stas Meseznikov que lidere el equipo negociador y ha hecho saber que centrará sus esfuerzos en la cuestión terrorista y derrocar a Hamás, en avanzar hacia una ley sobre la ciudadanía israelí y en cuestiones relativas a la religión y el Estado.

Quien sí parece tener más clara su postura es el líder del partido ultraortodoxo Shas, Eli Yishai, que ha obtenido once escaños. Yishai se reunió hoy con Netanyahu y dijo que pediría a Peres que encargue al líder del Likud la formación del Gobierno.

Asimismo, Yishai no descartó entrar en una coalición en la que también estuviera Lieberman. "En el pasado, ha habido combinaciones más extremas", señaló. En todo caso, convino con Netanyahu en trabajar para formar una coalición 'nacionalista'. "Cada partido tiene sus valores y alcanzaremos el punto en que cada uno tenga su voz", habría indicado Yishai durante el encuentro, según los medios.

Por otra parte, está previsto que Yishai, que ya habría hablado con Livni por teléfono anoche, se reúna con el 'número dos' del Kadima, Shaul Mofaz. Esta mañana, fuentes del partido habían indicado que, durante la conversación que mantuvo con Livni, Yishai no descartó entrar en un gobierno liderado por su partido. "Todo es posible y merece la pena ser discutido", habría sido el mensaje del líder del Shas.

Sin embargo, desde el partido ultraortodoxo han desmentido estas palabras y recordado que Yishai ha dejado claro en todo momento durante la campaña que apoyaría a Netanyahu como primer ministro. El propio Yishai quiso salir al paso de estas informaciones y en declaraciones a la radio subrayó que los israelíes "han elegido un gobierno de derecha, pero eso no significa que el gobierno pueda ser más amplio".

PRIMER MINISTRO ROTATORIO

Por el momento, la opción que parece descartada es la de un primer ministro rotatorio, como ocurrió en 1984 cuando Isaac Shamir y Simon Peres compartieron el cargo. Desde los dos partidos se ha descartado esta posibilidad.

El último en hacerlo fue esta noche Netanyahu, que insiste en que será el próximo primer ministro. "Hemos recibido un mandato del pueblo, nos dirigiremos a nuestros socios naturales y posteriormente buscaremos ampliar el gobierno", señaló el ex primer ministro durante una reunión de su partido, según la prensa local, aclarando que "no habrá rotación".

En su opinión, el Kadima debería "dejar de lado sus consideraciones políticas" y, "por el bien del Estado, unirse a nuestro gobierno". En este sentido, prometió que iniciará "contactos oficiales" una vez que el presidente Peres tome una decisión. "No será simple, pero tampoco muy complicado", afirmó.

Por su parte el diputado del Kadima Meir Sheetrit había indicado previamente que la rotación no era una buena opción. "Es una especie de intento de cuadrar el círculo que normalmente no funciona", opinó, al tiempo que pidió evitar "hacer trucos a costa del país".

Así las cosas, tanto Netanyahu como Livni ya han formado su equipo para negociar la formación de una coalición. El Likud ha encargado la tarea al ex ministro de Justicia Yaakov Neeman, mientras que en el Kadima se encargarán de las negociaciones el viceprimer ministro saliente, Haim Ramon, la presidenta del Parlamento, Dalia Itzik, y el presidente del comité de Asuntos Exteriores y Defensa de la Knesset, Tzahi Hanegbi.

LOS LABORISTAS, AL MARGEN

De quien nadie parece acordarse es del líder del Partido Laborista, Ehud Barak. Como predecían los sondeos, la formación ha obtenido tan sólo trece escaños y se ha visto relegada a la cuarta posición. Según la prensa israelí, el ministro de Defensa habría indicado que su partido quedará en la oposición.

Esta idea la confirmó la diputada Shelly Yacimovich, quien afirmó que "no hay ningún escenario en el que el Partido Laborista forme parte de la coalición, y las pocas personas dentro del partido que fantasean con la idea harían mejor en descartarla".

Por su parte, el secretario general del partido, Eitan Cabel, señaló que los laboristas tienen mucho trabajo por delante para realizar cambios, si bien aseguró que "no habrá cazas de brujas y no rodarán cabezas".