Berlusconi sostiene que una "derrota" de la izquierda debería llevar a la formación de otro Gobierno o a nuevas elecciones.
ROMA, 25 May. (De la corresponsal de EUROPA PRESS, G. Moreno) -
Más de diez millones de italianos están llamados a votar en las elecciones administrativas previstas para este fin de semana y en las que una "clara derrota" de la izquierda forzaría la convocatoria de nuevas elecciones generales, según declaró hoy el líder de la oposición de centro-derecha, Silvio Berlusconi. Para el presidente de Forza Italia, si los partidos de la coalición de centro-izquierda que actualmente forma Gobierno obtienen un resultado negativo en las urnas locales, el país deberá caminar hacia la formación de "un nuevo gobierno o hacia las elecciones".
'Il Cavaliere' volvió a poner en tela de juicio los resultados obtenidos en las elecciones generales que se celebraron hace un año y que fueron ampliamente debatidos por la oposición. "Por el hecho de que todavía no haya sido esclarecido el resultado definitivo del voto de hace un año, tendremos que pedir con fuerza la dimisión de este gobierno", aseveró, en alusión a una eventual derrota de Prodi en las elecciones municipales de este fin de semana.
En declaraciones a la cadena de televisión pública (Rai), consideró que en este momento, una victoria de La Casa de las Libertades -la coalición de centro-derecha que lidera-- " aumentaría el descontento dentro de la misma izquierda y las divisiones entre las diversas fuerzas" políticas que la componen.
ELECCIONES EN 862 MUNICIPIOS.
Los comicios, que se llevarán a cabo entre el próximo domingo y lunes, servirán para elegir el gobierno local de un total de 862 municipios -sobre un total de 8.000--, y siete provincias -de un total de 104--.
Las dos grandes coaliciones políticas -'La Unión', que agrupa a los partidos del centro-izquierda y 'La Casa de las libertades', que agrupa a los del centro-derecha-- se disputarán importantes alcaldías como las de Génova, Parma, Verona, Lecce o Reggio Calabria.
SICILIA ENVALENTONA AL CENTRO-DERECHA.
La victoria electoral obtenida hace apenas dos semanas en gran parte de las localidades de la isla de Sicilia, entre ellas la capital, Palermo, ha envalentonado a los partidos del centro-derecha italiano a augurar resultados parecidos en otras zonas del país, algo que además, sería interpretado como un signo evidente del desgaste de que adolece el Gobierno de Romano Prodi, un año después del inicio de la legislatura.
A lo largo de toda la campaña electoral, Berlusconi y sus aliados no han cesado de insistir en la urgencia de instaurar un Gobierno estable, capaz de llevar el país adelante, después de constatar las interminables divisiones internas que sufre el Ejecutivo de Prodi.
Por otro lado, algunos comentaristas y analistas políticos ya han alertado de la repercusión nacional que podría tener una victoria del centro-derecha en determinados enclaves, como por ejemplo, Génova, que constituye una de las principales plazas del centro-izquierda.
BERLUSCONI GOBERNÓ DESPUÉS DE PERDER LAS ADMINISTRATIVAS
Desde el Gobierno, en cambio, se ha reiterado que en las administrativas, "no se vota el Gobierno del país", según declaró el líder de los Demócratas de Izquierda, Piero Fassino. "Para eso ya se votó el año pasado y la gente eligió al centro-izquierda", recalcó.
Tanto él como otros miembros de 'La Unión' coincidieron en recordar que Berlusconi pudo gobernar durante cuatro años seguidos a pesar de perder las elecciones administrativas que tuvieron lugar en el 2000.
GOBIERNO INESTABLE.
La permanente inestabilidad dentro de la coalición de centro-izquierda que forma Gobierno se debe principalmente a las diferencias ideológicas de sus miembros, que van desde la extrema izquierda hasta posiciones más bien centristas y de tinte católico.
Sin duda alguna, el escollo más relevante al que se enfrentó Prodi cuando todavía no había cumplido ni un año al frente del país fue la crisis de Gobierno que se desató después de que el Senado rechazara el plan de política exterior trazado por el Ejecutivo y en particular, la propuesta de refinanciación de las misiones militares italianas en Líbano y Afganistán.
Otro de los puntos de discordia ha sido el proyecto de ley presentado por el Gobierno para reconocer los derechos de parejas de hecho, entre ellas las formadas por homosexuales, y que es rechazada por algunos miembros de la misma coalición, entre ellos el ministro de Justicia, Clemente Mastella.
Ayer mismo se volvió a abrir la brecha de la división con ocasión de la apertura de la Conferencia Nacional sobre la Familia que se desarrollará en Florencia hasta el sábado y que ha sido promovida por la ministra de Familia, Rosi Bindi, la misma que, por otro lado, impulsó la propuesta de ley de parejas de hecho.
Las facciones más izquierdistas del Gobierno de Prodi han mostrado ampliamente su rechazo a la organización de este evento, en el que ven cierta sintonía con las motivaciones de la multitudinaria manifestación a favor de la familia que organizaron numerosas asociaciones católicas a principios de mayo y con la posición de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) en relación con la normativa de parejas de hecho que promueve el Ejecutivo.