Crónica Minas.- Las minas antipersona causan entre 15.000 y 20.000 víctimas cada año en el mundo, en su mayoría civiles

Actualizado: martes, 3 abril 2007 16:26

Mañana se celebra la segunda edición del Día Internacional contra las Minas

MADRID, 3 Abr. (EUROPA PRESS) -

Las minas terrestres, y en particular las minas antipersona, siguen matando o hiriendo a entre 15.000 y 20.000 personas al año, en su mayoría civiles, y aunque 153 Estados ya han ratificado la Convención sobre la Prohibición del Empleo, Almacenamiento, Producción y Transferencia de Minas Antipersona y sobre su Destrucción --más conocida como 'Convención de Ottawa'--, países como Estados Unidos, Finlandia, China, Rusia o las dos Coreas las siguen produciendo o utilizando. En 2005, más de 167 millones de estos artefactos permanecían almacenados en todo el mundo, según la ONU.

Mañana se celebra la segunda edición del Día Internacional para la Concienciación y la Ayuda a la Acción contra las Minas, establecido en diciembre de 2005 por la Asamblea General de Naciones Unidas con el objetivo de informar sobre el peligro de estas armas y avanzar hacia su erradicación. Según informó la propia ONU, la fecha del 4 de abril fue elegida "intencionadamente al azar".

El documento de referencia para la lucha contra estas armas es la Convención de Ottawa, de la que este año se cumple el décimo aniversario, aunque entró en vigor en 1999, cuando se alcanzó el número mínimo requirido de ratificaciones.

El objetivo del Tratado es "poner fin al sufrimiento y las muertes causadas por las minas antipersona, que matan o mutilan a cientos de personas cada semana, en su mayor parte civiles inocentes e indefensos, especialmente niños, obstruyen el desarrollo económico y la reconstrucción, inhiben la repatriación de refugiados y de personas desplazadas internamente, además de ocasionar otras severas consecuencias muchos años después de su emplazamiento".

En virtud de sus obligaciones generales, cada Estado parte de la Convención se compromete a no emplear "nunca, y bajo ninguna circunstancia" las minas antipersona, así como a no desarrollar, producir, adquirir de un modo u otro, almacenar, conservar o transferir estas armas y a no estimular o inducir a cualquiera a participar en una actividad prohibida a un Estado Parte. Aparte, se compromete "a destruir o a asegurar la destrucción de todas las minas antipersona".

En la actualidad, a fecha de febrero de 2007, 155 países han firmado la Convención, 153 de los cuales la han ratificado, según informó la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Terrestres, que engloba a más de 1.400 organizaciones no gubernamentales que trabajan en 90 países de todo el mundo y que en 1996 fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz. España firmó el Tratado el 3 de diciembre de 1997 (fecha en que fue puesto a la firma en todo el mundo) y lo ratificó el 19 de enero de 1999.

Siguiendo el ejemplo de Canadá, y en aplicación del Tratado, la mayoría de los países del mundo han ilegalizado el uso y posesión de minas antipersona por parte de sus Ejércitos. Las únicas democracias occidentales que no las han prohibido son Estados Unidos y Finlandia. Otros países, como China, Rusia, Irán, Israel, Corea del Sur y Corea del Norte, continúan utilizándolas.

15.000 VÍCTIMAS

Según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), las minas terrestres y los restos de explosivos que quedan tras las guerras siguen matando o hiriendo a entre 15.000 y 20.000 personas al año. La inmensa mayoría de estas víctimas son civiles y un 20 por ciento menores de edad que sufren los efectos de estos artefactos "años o incluso décadas después de que haya acabado un conflicto". En algunos países, como Afganistán, la mayoría de las víctimas son menores de 18 años.

"La celebración del 4 de abril ayudará a renovar el interés público y mediático sobre la acción contra las minas", declaró hoy el director general del Servicio de Acción contra las Minas de la ONU, Maxwell Gaylard. "Debemos mantener este tema en un lugar destacado de la agenda política global si queremos conservar lo ya logrado y con vistas al objetivo de un mundo libre de minas terrestres y de explosivos remanentes de las guerras", añadió.

Según UNICEF, los programas de acción contra las minas de la ONU y la Convención de Ottawa han contribuido a reducir la cifra anual de víctimas desde los 26.000 de hace diez años a los entre 15.000 y 20.000 actuales. "La tasa actual (de víctimas) es claramente más baja, pero sigue siendo inaceptablemente alta", declaró Gaylard. "Debemos redoblar nuestros esfuerzos para reducirla, y debemos hacer más por los supervivientes", añadió.

Catorce agencias, programas, departamentos y fondos de la ONU están implicados en la lucha contra las minas antipersona en decenas de países. Las acciones contra las minas incluyen la búsqueda y destrucción de estos explosivos, la ayuda a las víctimas, el adiestramiento a la población sobre cómo protegerse en un entorno lleno de minas, el fomento de la participación de los Estados en los tratados internacionales y la destrucción de las minas que permanezcan almacenadas.

LAS MINAS ANTIPERSONA

Según la definición de la enciclopedia por internet Wikipedia, una mina terrestre es un artefacto compuesto de una carga explosiva y un detonador que se oculta de tal forma que detone al ser activado inadvertidamente por una persona o vehículo. Su objetivo es defender fronteras y restringir los movimientos del enemigo, y desde el punto de vista militar las minas permiten que una fuerza organizada pueda superar a otra más numerosa.

Dentro de la familia de las minas terrestres, las minas antipersona están diseñadas para matar o incapacitar a sus víctimas. Se utilizan para colapsar los servicios médicos enemigos, degradar la moral de sus tropas y dañar vehículos no blindados. Por ello, según la misma fuente, se busca sobre todo que hieran gravemente o mutilen, y no tanto que maten, ya que un muerto no causa tantos problemas como un herido. Sus efectos más comunes son amputaciones, mutilaciones genitales y lesiones musculares y en órganos internos o quemaduras.

El origen de las minas terrestres debe buscarse en la Primera Guerra Mundial, pero fue en la Segunda Guerra Mundial cuando comenzaron a utilizarse específicamente las minas antipersona en Europa y el norte de África con el fin de proteger las minas antitanque.

Durante la guerra fría, según Wikipedia, estas armas fueron muy utilizadas en los conflictos locales, como la guerra de Vietnam, y empezó a ser frecuente su uso por parte de los grupos insurgentes, tanto en infraestructuras básicas como contra la población civil.

Las minas antipersonales se han utilizado en los conflictos de Angola, Afganistán, Bosnia-Herzegovina, Camboya, Chechenia, Chile, Colombia, Ecuador, Egipto, Guatemala, Kosovo, Mozambique, Nicaragua, Perú, El Salvador y Sudán, entre otros países.

Un informe de la ONU reveló en 2005 que más de 167 millones de estos artefactos permanecían almacenados en todo el mundo. Según UNICEF, las minas terrestres siguen constituyendo una amenaza en más de 80 países del mundo. Entre las naciones más contaminadas por los artefactos sin estallar figuran Afganistán, Bosnia-Herzegovina, Camboya, Colombia y Laos.

LA UE

La Unión Europea pidió hoy a los países que todavía no han ratificado la Convención que se sumen a este instrumento, al tiempo que celebró los progresos hechos en la lucha contra el sufrimiento causado por las minas y reclamó que los esfuerzos futuros se centren en la atención a las víctimas.

En un comunicado, la presidencia de turno del Consejo recordó que la UE y sus Estados miembros han dado un "fuerte apoyo político, financiero y científico" a la lucha contra las minas antipersonales en el mundo y que, en los últimos diez años, se han destinado un total de 1.500 millones de euros. Finlandia y Polonia, miembros de la UE, se encuentran entre los Estados que no han ratificado la Convención.