Crónica O.Próximo.- Abbas dice que su Gobierno busca la paz con Israel pero se reserva el "derecho a la resistencia"

Actualizado: martes, 4 agosto 2009 22:29

El presidente palestino inaugura el primer congreso de Al Fatá en 20 años, en el que se elegirán nuevos líderes

JERUSALÉN, 4 Ago. (EUROPA PRESS) -

El presidente palestino, Mahmud Abbas, afirmó hoy en Belén (Cisjordania) durante el sexto congreso de su facción, Al Fatá, que su pueblo no debe dejar que el terrorismo "enturbie su lucha legítima" y que pese a que su Gobierno busca la paz con Israel, se reserva "el derecho a la resistencia, legítima según el Derecho Internacional". Mientras Hamás, que ha impedido la asistencia al congreso de centenares de miembros de Al Fatá que viven en la Franja de Gaza, ha criticado las "falacias y mentiras" del discurso de Abbas, los principales dirigentes israelíes han mantenido una actitud cauta.

Aunque a juicio de Abbas la lucha armada contra Israel obligó a "todo el mundo a escuchar la voz de Palestina", subrayó que los palestinos deben seguir adelante con las negociaciones de paz "mientras haya un poquito de esperanza" de solucionar el conflicto. "Queremos conservar nuestros derechos, basados en la legitimidad internacional, y esperamos que nuestros vecinos respondan a la oportunidad de alcanzar la paz que todos deseamos", dijo en referencia al diálogo con Israel.

"Esperamos que nuestros vecinos nos permitan construir un futuro de paz para nuestra nación para vivir con seguridad y estabilidad", añadió el dirigente palestino, al tiempo que recordó que Al Fatá apoyó los Acuerdos de Oslo de 1993 --en los que se reconoce el Estado israelí-- y que está cumpliendo todas las obligaciones que le marca la Hoja de Ruta de 2003 para aplicar la solución de los dos Estados.

El borrador del nuevo programa de Al Fatá aboga por adoptar nuevas formas de resistencia contra la ocupación, como la desobediencia civil contra la expansión de los asentamientos judíos en territorio palestino y contra el muro construido por Israel en Cisjordania.

Además, el documento deja la puerta abierta a la opción de la "lucha armada" en caso de que fracasen las conversaciones de paz con Israel y tampoco descarta una declaración de independencia unilateral para establecer el Estado palestino, que estaría formado por la Franja de Gaza y Cisjordania.

QUÉ IMPLICA LA RESISTENCIA

Pero un portavoz de Al Fatá, Nabil Amr, matizó al término de la primera jornada del congreso que la resistencia es una cuestión legal que debe llevarse a cabo de acuerdo con el Derecho Internacional. "La actividad política es una forma de resistencia (...), no estamos hablando de resistencia armada", explicó.

Aun así, Abbas dejó claro que ni Hamás ni ninguna otra facción palestina tiene derecho a decidir por sí sola lo que implica la "resistencia" contra la ocupación israelí. "Nadie puede (...) llevarnos a donde no queremos estar", dijo el dirigente, quien, no obstante, recalcó que los palestinos no se quedarán "indefensos frente a las incursiones israelíes".

El Movimiento de Resistencia Islámica respondió a Abbas denunciando las "falacias y mentiras" que, en su opinión, contiene su discurso, sin especificar cuáles. Además, el líder de Hamás Ismail Radwan acusó a Al Fatá de "complicidad en la guerra israelí contra la Franja de Gaza" --entre finales de diciembre de 2008 y principios de enero de 2009-- y de pedir a varios países europeos que no apoyen a Hamás.

PROHIBICIÓN DE HAMÁS

Durante su discurso en Belén ante unos 2.200 delegados de Al Fatá, Abbas consideró un "milagro" que este movimiento "siga fuerte pese a todo lo que ha ocurrido". Aproximadamente la mitad de los asistentes viven en Cisjordania, unos cuantos centenares vinieron de fuera de los territorios palestinos y tan sólo unos pocos llegaron desde la Franja de Gaza, donde gobierna 'de facto' Hamás, que les había prohibido acudir. Esta decisión es la reacción a la negativa de la Autoridad Palestina a liberar a miembros de Hamás presos en Cisjordania.

Abbás explicó que los mediadores de los países árabes no han logrado hacer cambiar de opinión a Hamás, que amenazó esta semana con detener, a su regreso a Gaza, a todos los miembros de Al Fatá que intenten llegar a Cisjordania para participar en el congreso del movimiento, el primero desde el que se celebró en Túnez en 1989 y el primero que se realiza en una ciudad palestina.

Durante el congreso, que durará tres días, se elegirán los miembros del Comité Central y del Consejo de Gobierno y se aprobará un nuevo programa. El objetivo es dar más voz a una generación joven que creció combatiendo la ocupación israelí desde 1967. Entre los principales temas de discusión figura la toma del poder por parte de Hamás en la Franja de Gaza en 2007 --cuando las fuerzas de Al Fatá fueron derrotadas en una breve guerra civil--.

JERUSALÉN ESTE

El presidente palestino también aseguró que su Gobierno tiene un acuerdo con Israel, con la garantía de Estados Unidos, por el que tanto Jerusalén Este como el valle del Jordán y algunas partes del mar Muerto situadas en Cisjordania deberían formar parte de los territorios palestinos. Abbas lamentó que Israel, pese a haber llegado a ese acuerdo, está negando a los palestinos "todos sus compromisos".

"Los israelíes están tratando de negarlo (...) diciendo que Jerusalén está unido bajo su soberanía", agregó. Ambas partes se disputan la parte oriental de la ciudad, conquistada en 1967 por Israel, ya que es donde la Autoridad Palestina pretende establecer la capital de su futuro Estado, algo que no acepta Israel, que considera que la ciudad es un todo unificado y la declaró su capital en 1980.

POSTURA CAUTA DE ISRAEL

Pese a éste y otros polémicos comentarios de Abbas --como el del derecho a la resistencia--, el Gobierno israelí, que sigue de cerca el desarrollo del congreso de Al Fatá, se ha mostrado cauto. Así, el ministro de Defensa, Ehud Barak, declaró en el Comité de Asuntos Exteriores y Defensa del Parlamento: "No intervenimos en los asuntos internos palestinos".

"Sin embargo, las decisiones" que se tomen al término de la conferencia "darán testimonio de la disposición de los palestinos respecto a la continuación de las negociaciones con Israel", consideró Barak.

Con todo, el ministro de Defensa recomendó no quedarse muy "impresionado" por lo que se diga en el congreso de Al Fatá "como parte del diálogo interno". "El auténtico examen llegará después de la convención, cuando se establezca un liderazgo y una legitimidad suficiente, y luego ya veremos lo que lleva ese liderazgo a la mesa de negociaciones", añadió.

Por su lado, Mark Regev, portavoz del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo respecto al "derecho a la resistencia" defendido por Abbas: "Israel busca la reconciliación histórica con nuestros vecinos palestinos. Nosotros queremos la paz y la mejor forma de alcanzarla es en la mesa de negociación".

Quien no se mordió la lengua fue el ministro de Información y Diáspora de Israel, Yuli Edelstein, que afirmó que lo dicho en el congreso de Al Fatá constituye una "declaración de guerra". "No debemos actuar como si no lo hubiéramos oído", declaró Edelstein --del partido Likud, de Netanyahu-- al periódico israelí 'Yediot Ahronot'. "Debemos salir del círculo de ilusiones de que esos son moderados que quieren la paz. Han dicho explícitamente que apoyan el continuar con la lucha armada", insistió en referencia a Al Fatá.

"¿Son estos los líderes moderados con los que el mundo quiere que mantengamos negociaciones?", se preguntó, añadiendo que su "impresión" es que a Israel no le interesa "escuchar las voces que piden la lucha armada, el derecho de retorno y el establecimiento de su capital en Jerusalén".

En opinión de Edelstein, Israel está "fingiendo no escuchar la clara tendencia demostrada por Abu Mazen" --el nombre que usaba Abbas en la clandestinidad-- "y su gente para adaptarse a Hamás", y la Autoridad Palestina está actuando contra Hamás en su propio interés, y no para alcanzar la paz con Israel.